Takahiro Shiraishi, de 34 años, fue ahorcado por el homicidio de nueve personas en 2017, en un caso que expuso el uso de plataformas digitales para la captación de personas con pensamientos suicidas.

Japón ejecuta descuartizador conocido como el “asesino de Twitter”

Japón ejecutó este viernes a Takahiro Shiraishi, conocido como el “asesino de Twitter”, tras ser condenado a la pena capital por el homicidio y desmembramiento de nueve personas en 2017.

La ejecución, llevada a cabo por ahorcamiento, representa la primera aplicación de la pena de muerte en el país desde 2022, según informaron medios como NHK y Kyodo News, citando fuentes gubernamentales.

El Ministerio de Justicia no confirmó de inmediato el procedimiento, pero anunció una próxima rueda de prensa.

Shiraishi, de 34 años, fue sentenciado en 2020 tras declararse culpable de los crímenes, cometidos entre agosto y octubre de 2017. Las víctimas —ocho mujeres y un hombre— tenían entre 15 y 26 años y fueron contactadas por Shiraishi a través de Twitter, actualmente conocida como X.

Según la investigación judicial, las víctimas manifestaban pensamientos suicidas en redes sociales y Shiraishi se ofrecía para ayudarlas a morir. Posteriormente, las atraía a su domicilio en la ciudad de Zama, prefectura de Kanagawa, donde las asesinaba y descuartizaba.

Durante el juicio, Shiraishi reconoció los hechos y no mostró arrepentimiento. “Sí, los maté, y no hay duda de eso”, declaró ante el tribunal. El caso conmocionó a la opinión pública japonesa por la violencia de los actos y por la utilización de redes sociales para capturar a sus víctimas.

Japón ejecutó al “asesino de Twitter”, el hombre que manipulaba a sus víctimas y las descuartizaba en su departamento.

La pena de muerte en Japón se aplica exclusivamente por ahorcamiento y se lleva a cabo en secreto. Los reclusos son informados de su ejecución pocas horas antes del acto, una práctica que ha sido criticada por organizaciones internacionales por sus efectos sobre la salud mental de los condenados. Como establece la ley japonesa, la ejecución debe realizarse dentro de los seis meses siguientes a la sentencia firme, aunque en la práctica

El Motín