Los Ángeles.-El Planeta Rojo vive esta semana un momento dulce aquí en la Tierra, donde Hollywood y la NASA se han movilizado para incrementar el atractivo de la exploración marciana a los ojos de los estadounidenses, quienes, en última instancia, deciden sobre taquillas y programas espaciales.
La coincidencia del estreno de la película «The Martian» (2 de octubre) con el anuncio del hallazgo de agua líquida en Marte (28 de septiembre) ha llamado la atención en EE.UU., donde se especula sobre si los intereses del estudio Fox y la NASA se han alineado para lanzar una campaña que ponga al vecino planeta de moda.
Desde la NASA, se insiste en que se trata de una casualidad y que la celebración de su evento el pasado lunes fue determinada por la publicación de un artículo en Nature Geoscience, en el que se exponía la nueva información sobre Marte a la comunidad científica.
Ese texto («Spectral evidence for hydrated salts in recurring slope lineae on Mars») fue recibido por la revista el 22 de abril, aceptado el 21 de agosto y finalmente vio la luz el 28 de septiembre, pero Ridley Scott, el director de «The Martian», ya sabía del agua marciana.
El mismo lunes del anuncio de la NASA, Scott confesó al rotativo The New York Times que la agencia espacial le mostró las imágenes dos meses antes de darlas a conocer al resto del mundo, un privilegio motivado por la estrecha colaboración que mantuvo su producción con los expertos de la NASA.
«The Martian» está basado en un libro homónimo de Andy Weir y es una de las obras de ficción preferidas por la NASA por la base científica en la que se sustenta el argumento.
La obra narra la odisea de un astronauta abandonado a su suerte en Marte en un futuro próximo y cuya única opción para sobrevivir es aplicar todos los conocimientos científicos a su alcance para convertir el planeta rojo en un entorno habitable hasta que alguien pueda ir a rescatarle.
El filme, protagonizado por Matt Damon, es una fiel adaptación del texto de Weir y el actor se mostró entusiasmado en una reciente conversación con Efe sobre la posibilidad de que la película contribuya a despertar el interés de la gente en la ciencia y el espacio, como ocurrió con «2001: A Space Odyssey».
Ese clásico de Stanley Kubrick fue estrenado en 1968, un año antes de que Neil Armstrong y Buzz Aldrin fueran los primeros seres humanos en pasear por la Luna.
Para aquella producción, Kubrick fue asesorado por expertos de la NASA, organización que ha sido colaboradora de Hollywood en múltiples ocasiones, aunque el cine, tradicionalmente, haya preferido tomarse muchas libertadas de ficción para ajustar la rigurosidad científica a la necesaria dramatización del guion.
La llegada a la Luna fue un hito en la carrera espacial y a partir de ahí el interés de la opinión pública por el espacio decayó.
El costosísimo programa Apollo finalizó en 1975 y empezó una etapa de objetivos menos ambiciosos para la NASA, y con menor presupuesto, según el Museo Smithsonian del Aire y el Espacio.
En los últimos años, la NASA ha sufrido recortes presupuestarios, ha jubilado sus transbordadores y pasado a depender de Rusia para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional.
El presupuesto para 2016 (18.500 millones de dólares), aunque supone un incremento respecto a 2015 de 500 millones de dólares, no contentó a la NASA, ya que lo considera insuficiente para devolver la independencia a EE.UU. a la hora poner humanos en órbita.
La financiación de la agencia espacial es una cuestión política que decide el Congreso de EE.UU., siempre sensible a la opinión pública, la misma que en otro tiempo apoyaba fervorosamente que sus impuestos costearan la llegada a la Luna.
En 1964 y 1965, NASA consumió más de un 4 % del presupuesto anual federal de EE.UU., y en 2015 apenas medio punto.
Paralelamente, Hollywood ha vuelto a encontrar sentido a las grandes producciones que, como «2001: A Space Odyssey», muestran desde la ficción, pero con mucha ciencia, el atractivo de viajar al espacio.
«Gravity» en 2013 y «Interstellar» en 2014 fueron éxitos de taquilla, y todas las previsiones indican que lo mismo ocurrirá con «The Martian», que ya ha contribuido a recordar que la NASA aspira a enviar misiones tripuladas a Marte en la década de 2030.
Desde hace días, «The Martian» y la NASA han compartido etiqueta (#JourneyToMars) en la red social Twitter.
La película fue proyectada para los astronautas de la Estación Espacial Internacional, y la agencia espacial ha aprovechado algunos preestrenos para instalar paneles divulgativos sobre el desafío de llegar a Marte.
«La película ‘The Martian’ lleva humanos a la superficie de Marte. Nosotros estamos desarrollando la tecnología para hacer lo mismo en nuestro viaje real a Marte», escribió la NASA en Twitter el 25 de septiembre.
En 2014, con motivo del 45 aniversario del estreno de la cinta de Kubrick, la NASA publicó un texto titulado «La ciencia ficción de 1968 es la realidad de hoy», en el que agradeció que aquel filme influyera para que la gente se «enamorara» de la exploración espacial, el mismo afecto que parece querer revivir ahora.
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