El MotínPor Juan López
En nuestra condición de hijo de una madre soltera, Gregoria López (mamá Goyita) repudiamos y al mismo tiempo perdonamos al Director General de la Policía Nacional (PN) por las infelices e improcedentes declaraciones que ofreció en un programa de radio, el pasado viernes 26. Citamos:
“Nosotros no vamos a aceptar mucho al policía o el reclutamiento de hombres y mujeres de madres solteras… porque esas madres solteras, que no tienen ninguna culpa, que es por la desigualdad tal vez que han sufrido, tienen que irse a trabajar para mantener a sus hijos y tienen que dejarlos solos. …O sea, nosotros vamos a captar de ahora en adelante hijos de papá y mamá que estén vivos.”
Mamá Goyita era campesina, muy pobre y analfabeta. Enviudó joven, razón por la cual asumió con gran responsabilidad la doble función de madre y padre para criar cinco hijos en base a sacrificios, privaciones, lavando y planchando ropa a familias de la capital.
A doña Goyita sus hijos y amistades le reivindicamos la humilde honorabilidad, sus denodados esfuerzos por su familia y seguimos recordándola con orgullo, admiración y respeto por el ejemplo de madre abnegada, trabajadora y amorosa que le caracterizaron.
La discriminatoria y excluyente opinión del Director General de la PN nos recuerda que ”de la abundancia del corazón habla la boca” y al mismo tiempo evidencia que desconoce la realidad social dominicana, violenta importantes preceptos de nuestra Constitución y choca con el debido respeto a los derechos humanos.
Es muy posible que el Director General de la PN también ignore que los peyorativos conceptos de “hijos naturales”, “hijos de la calle” e “hijos bastardos”, asociados a las madres solteras, fueron desarraigados e invalidados en nuestras leyes.
Más del 47 % de los hogares dominicanos son monoparentales. Les falta uno de los padres. Más del 31 % de nuestras familias son lideradas por madres solteras, a cuya situación se pudo llegar por múltiples causas: Viudez, divorcio, abandono, violación o paternidad irresponsable.
La misoginia y cultura machista sobrevaloran la “familia funcional” mientras tienden a responsabilizar a las familias disfuncionales (monoparentales) de las inconductas de algunos jóvenes porque las madres solteras “para trabajar los dejan solos”; lo cual es una verdad a media y manipulada.
Por mezquinas conveniencias, los que asumen los criterios que “vomitó” el Director General de la PN, olvidan que papá o mamá es uno de los cinco principales agentes de la socialización que tienen el rol de implementar los diferentes mecanismos del complejo proceso de socialización de los hijos.
También ignoran la enorme cantidad de hombres y mujeres provenientes de hogares liderados por madres solteras que se destacan como personas de bien y son socialmente útiles a nuestra sociedad y el mundo.
En el quehacer nacional hubo y hay una inmensa cantidad de hijos de madres solteras que se han desempeñado como presidentes, senadores, diputados, jueces, fiscales, profesores, destacadísimos deportistas, rectores y catedráticos universitarios, profesores, científicos, alcaldes, brillantes militares y policías e insignes patriotas, lo cual desmiente, categóricamente, los anticuados criterios del Director General de la PN.
La masiva repulsa que generó la decisión que se pretendía implementar en la PN y las lluvias de certeras críticas en los medios de comunicación y redes sociales, provocaron unas insípidas ”palabras de disculpa” del Director General de la PN que, realmente, no se perciben sinceras ni auténticas.
Por esa razón, es necesario continuar alerta ante esas malsanas pretensiones de poner en práctica las discriminatorias, excluyentes y violación de los derechos humanos que se anidan en los sentimientos del Director General de la PN. También porque chocan con la promesa que hizo el Presidente Abinader, en su twitter que publicó, el 12 de octubre del 2018, con este mensaje:
“Las madres solteras son las que luchan contra todos los males de la sociedad dominicana. Es por ello que van a ser el centro de las políticas públicas del gobierno del cambio”.
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