Falocracia

Por Fernando A. De León

El diputado perremeísta, Eugenio Cedeño, acaba de confirmar lo que ya sabíamos. En República Dominicana persiste la falocracia. Es decir, una sociedad donde prevalece el derecho del hombre, en perjuicio de la mujer.

Pero no solo eso, que puede darse en todos los estamentos sociales y demás derechos. No, también queremos decir que el falo, pene, la verga, miembro del hombre, o como quiera llamársele, en lo sexual,  domina o trata de dominar, la vulva de nuestras mujeres.

Refiriéndose al Código Penal, en debate, el legislador externó sobre su presunto derecho a tener sexo con su compañera, cómo él quiera, cuándo quiera, y de la manera que quiera.

Tal vez no dijo nada nuevo con los que muchos de sus colegas y el funcionariado, no estuviera de acuerdo; pero se desbocó en el preciso momento en que se discute sobre las tres causales del aborto a favor de la mujer, y otros temas afines.

Y, el que la cúpula partidaria del PRM y de su gobierno no esté de acuerdo con su posición tal vez no es más que populismo, sí como sabemos; hay resistencia a favorecer a la mujer en cuanto al aborto, por necesidad. Se podría decir que, “lo que es prácticamente igual no es ventaja”. Solo que, ante el revuelo de sus declaraciones, salió a flote la doble moral del oficialismo.

Pero volviendo a Cedeño, podríamos afirmar que debido a lo arbitrario y absurdo de su criterio es que, según se dice, más del 50% de las mujeres fingen tener orgasmo, en el acto sexual. Esto es solo una forma de resistirse y defenderse, y, entre otros factores, evitar mayores problemas.  En esto, se combinan el orgasmo y la libido. Defienden a la “débil” vulva contra lo lujurioso del poderoso falo del hombre.

Pero, además, así como piensa Cedeño, también se corresponde con ello un conglomerado de individuos que son depredadores sexuales con tendencia a apostar al desvirgue o “destape” de cualquier joven mujer señorita, que se le cruce en su sendero sexual.

Y, no solo hacen eso, se vanaglorian de ser el pato macho. Muchos son capaces hasta de decir como es en la cama cada mujer con las que han tenido relaciones sexuales. Son tan descarados que, si tienen sexo con una mujer que le es infiel a su marido, les manifiestan a sus iguales que, si no lo dicen, entonces no la han “cogido”. Así de sencillo.

*El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.

El Motín

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