Malí impuso este domingo requisitos de visa a ciudadanos estadounidenses idénticos a los que Washington impuso a los viajeros malienses, en una respuesta a medidas que su Gobierno ha condenado como una violación de los acuerdos bilaterales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores en Bamako anunció las medidas recíprocas, después de que Estados Unidos comenzara a exigir a los ciudadanos malienses que buscan visas de negocios o turismo que depositen fianzas de entre 5.000 y 10.000 dólares a partir del 23 de octubre.
El Gobierno maliense afirmó que el programa estadounidense viola un acuerdo de 2005 que garantiza el acceso a visas de largo plazo entre las dos naciones y prometió aplicar las mismas barreras financieras a los titulares de pasaportes estadounidenses bajo el principio de reciprocidad.
La disputa pone de relieve la escalada de tensiones a medida que la administración del presidente estadounidense Donald Trump utiliza restricciones de visas como palanca diplomática para presionar a los gobiernos africanos en la aplicación de las leyes de inmigración y la cooperación en materia de deportación.
Mali está entre los siete países africanos que enfrentan los requisitos de fianza en el marco de un programa piloto de un año de duración que, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, está dirigido a naciones con altas tasas de permanencia en el país después del vencimiento de las visas.
Estados Unidos justificó el proyecto piloto alegando preocupaciones de seguridad nacional y datos del Departamento de Seguridad Nacional que muestran que más de 300.000 titulares de visas de negocios y turistas excedieron sus períodos autorizados en 2023.
Los críticos advierten que las tarifas, impuestas además del costo estándar de la visa de 185 dólares, podrían disuadir los viajes legítimos y dañar la economía turística de Estados Unidos antes de la Copa Mundial de la FIFA 2026.
Los bonos de visa son la última medida de inmigración luego de meses de esfuerzos por parte de la administración Trump para presionar a las naciones africanas para que acepten deportados, incluidos aquellos que no son de sus propios países.
En junio, el presidente de EE. UU., Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que prohíbe la entrada en Estados Unidos a ciudadanos de 12 países, incluidos Libia, República del Congo, Somalia, Sudán, Chad, Guinea Ecuatorial y Eritrea. La prohibición entró en vigor el 9 de junio. A finales de julio, EE. UU. dejó de emitir visas en la embajada de Níger.
La embajada de Estados Unidos en Mali dijo el viernes 10 de octubre que la tarifa había sido introducida para reforzar el «compromiso de Washington de proteger las fronteras de Estados Unidos y salvaguardar la seguridad nacional de Estados Unidos».
En julio, funcionarios estadounidenses visitaron Mali para discutir la cooperación antiterrorista y las asociaciones económicas, incluido el posible acceso a las reservas de oro y litio de Mali.
Las relaciones se deterioraron después de que un golpe de Estado en Mali en 2021 llevó al general Assimi Goïta a asumir el poder. Hizo girar al estado de África occidental hacia Rusia en un intento de frenar una creciente insurgencia yihadista.