Si la estrategia era fortalecer sus estructuras partidarias o buscar mantener las cuotas de poder en los estamentos del Estado, se podría decir en buen dominicano que el “tiro le salió por la culata”, ya que el éxodo de altos dirigentes y militantes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), pareciera una hemorragia difícil de detener.
No todas las estrategias políticas dan resultados favorables y las trazadas por la cúpula del PRD para canalizar un pacto con el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), aparentemente será el peor acuerdo antes visto en la historia política de la República Dominicana.
Desde que el vocero de los diputados del Partido Revolucionario Dominicano, Rudy González, hizo público durante los debates en la cámara baja de que esa organización opositora votaría a favor de la ley que declara la necesidad de reformar la Constitución de la República, en su artículo 124, a fin de restablecer la reelección presidencial, mediante la concretización de un acuerdo por un gobierno de “Unidad Nacional,” con el PLD, la salida de altos dirigentes ha sido notoria.
Se tiran del barco
Los primeros en abandonar y lanzarse del “barco” luego de que los diputados apoyaran la reforma constitucional, fueron el secretario de organización y director de prensa del PRD, Anibal Díaz Belliard y Nelson Marte.
Belliard, junto a decenas de dirigentes nacionales y municipales anunció su decisión de irse del partido blanco en desacuerdo con la postura asumida por la dirección del PRD, de negociar una alianza con su archirrivales peledeístas
En tanto que Marte, mediante una carta a los medios de comunicación, expresó los motivos que lo llevaron a dejar sus funciones en el principal partido de oposición.
Ambos renunciantes manifestaron que el ingeniero Miguel Vargas está condenado a quedarse con un “armazón vacío” ya que los verdaderos dirigentes y militantes del PRD no lo van a seguir en esa aventura contraria a los principios y mandatos estatutarios perredeístas. Los renunciantes de inmediato pasaron a apoyar al candidato presidencial del PRM, Luis Abinader.
También abandonó ese entidad política, el destacado dirigente y expresidente del PRD, Manuel Esquea Guerrero, quien expresó: «Entiendo que esa es una decisión incorrecta que no sólo lesiona los fundamentos que dieron origen al Partido Revolucionario Dominicano, sino que al mismo tiempo, hiere los sentimientos de quienes hemos militado durante largos años en el PRD y de la mayoría del pueblo dominicano que rechaza la reelección».
En su carta de renuncia, Esquea Guerrero enrostra en sus dos primeros párrafos al presidente del PRD, Vargas Maldonado: “La no reelección presidencial fue sustentada por el Partido Revolucionario Dominicano desde el mismo momento de su fundación. El abandono de ese principio en el año 2002, provocó la derrota del 2004 y fue una de las causas de las subsiguientes derrotas sufridas. Cuando usted suscribió con el expresidente Leonel Fernández el Pacto de las Corbatas Azules, se justificó señalando que su interés era restaurar la no reelección presidencial”.
De igual manera, Alfredo Pacheco, expresidente del PRD en el Distrito Nacional, quien también en carta dirigida a Vargas Maldonado le comunicó su renuncia y dice esperar que «¡Dios, el pueblo y la historia se encarguen de juzgarle. Querido Amigo !»
Pacheco, junto al legislador David Collado y decenas de dirigentes, pasó a respaldar inmediatamente la candidatura presidencial de Luis Abinader.
Contraefecto
Con el propósito de buscar de manera desesperada un contraefecto a la salida vertiginosa de miles de militantes y simpatizantes, un grupo de dirigentes perredeístas ofreció una conferencia de prensa, para anunciar su aprobación a los acuerdos a los cuales arribe la cúpula de esa organización con el Partido de la Liberación Dominicana.
Entre los dirigentes perredeístas que dieron pleno respaldo al presidente del Partido Revolucionario Dominicano, Miguel Vargas Maldonado, para la concertación de acuerdos electorales con el PLD están Tonty Rutinel Domínguez, Pedro Franco Badía, César Mella y Radhamés González, este último el de mayor liderazgo en la militancia perredeísta.
Rutinel Domínguez, César Mella, Franco Badía y González, vicepresidentes nacionales, afirmaron que esos acuerdos fortalecerán al PRD y serán beneficiosos para todos los sectores de la sociedad dominicana.
Sin embargo, el secretario general del Partido Revolucionario Dominicano, Tony Peña Guaba, aseguró que el pacto arribado entre el PRD y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no era lo que quería la población, sino un pacto de la oposición.
Peña Guaba acotó que no apoya la reelección del presidente Danilo Medina: “No voy a votar por Danilo Medina en caso de que en los acuerdos se contemple que el primer mandatario sea el candidato del Partido Revolucionario Dominicano”.
No obstante, precisó que no será un obstáculo en el partido y que solo trabajará por los candidatos congresionales y municipales del partido blanco: “El PLD no se merece un gobierno más en el país”, apuntó.
Ataque por redes sociales
Los cibernautas en desacuerdo con el pacto PRD-PLD, no han desestimado ningún tipo de espacio para lanzar fuertes críticas a los diputados mediante sus cuentas Facebook, Twitter, entre otras.
A la legisladora por el municipio de Santo Domingo Oeste, Aracelis Duarte viuda de Adón, luego de colgar un mensaje en su página de Facebook, donde manifiesta su apoyo a los acuerdos arribados con el partido oficialista, las reprendas y descalificativos se han multiplicado mediante ese espacio social.
En tanto que otros congresistas perredeístas han tomado medidas de precaución para cuidar su imagen, por lo que han optado por privatizar los comentarios de reproches que sus seguidores les hacen después de dar a conocer la alianza con el partido oficialista.
PRM se beneficia
Para gran parte de los sectores de la vida nacional, el acuerdo entre PRD y PLD en un 50% beneficiará al Partido Revolucionario Moderno, ya que le permite recomponer las fuerzas opositoras de manera general, lo que provoca mayores demandas al Gobierno en términos de reivindicaciones sociales, que el oficialismo no ha podido cumplir en casi 12 años de tener el control del Estado dominicano.
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