La sanción en contra de quien fuera un poderoso prelado y arzobispo en Washington se da a conocer a tan solo unos días de que el pontífice encabece una reunión extraordinaria de obispos de todo el mundo para ayudar a la iglesia a lidiar con la crisis de abusos sexuales sacerdotales y encubrimientos desde la cúpula.
Los escándalos, que datan de varias décadas, han socavado la fe de muchos católicos y ha amenazado el papado de Francisco.
La expulsión significa que Theodore McCarrick, de 88 años y quien actualmente reside en un monasterio de Kansas después de perder su título como cardenal el año pasado, no podrá oficiar misa ni cualquier otro sacramento.
La oficina de prensa del Vaticano señaló que el 11 de enero la oficina doctrinal de la Santa Sede, la Congregación para la Doctrina de la Fe, encontró a McCarrick culpable de “proposiciones durante el sacramento de confesión y pecados en contra del sexto mandamiento con menores y adultos, con el factor agravante de abuso de autoridad”.
Las autoridades “le impusieron la pena de destitución del estado sacerdotal”.
El sexto mandamiento hace referencia al comportamiento sexual. Además, McCarrick, quien fue ordenado como sacerdote en 1958, hizo un voto de celibato de acuerdo con las reglas de la iglesia.
McCarrick, quien fuera “príncipe de la iglesia”, como se le conoce a los cardenales, se convierte en el clérigo de mayor rango en ser expulsado del sacerdocio. Representa una caída notable para el influyente recabador de fondos sacerdotales que se reunió con presidentes y papas pero que prefería ser llamado “Tío Ted” por los hombres que cortejaba.
El escándalo en torno a McCarrick es aún más abrumador debido a que aparentemente era un secreto a voces que dormía con seminaristas adultos.