El mal fario de Victoria’s Secret: los ángeles pierden a su líder y desatan la polémica

El juego de palabras es tentador: los ángeles caídos, del cielo al purgatorio, adiós a las alas… Resulta difícil sortear las metáforas facilonas cuando hablamos de la crisis de una marca, Victoria’s Secret, que tiene como emblema a una mujer elevada -por obra y gracia de su anatomía- a la categoría de ser celestial. En fin, yendo al grano: de un tiempo a esta parte, nada parece salirle bien a la mítica firma de lencería: las modelos se vuelven tránsfugas -la marcha de Doutzen KroesKarlie Kloss le hizo mucho daño-; las redes sociales la vapulean, sus desfiles no son ni chicha ni limoná

Y la última gota malaya cayó hace unos días, cuando la directora general, Sharen Jester Turney, presentó su renuncia tras 16 años liderando la firma: «He decidido priorizar a mi familia y a mi vida personal, y considerar qué es lo mejor para mí profesionalmente», alega, pero su soprendente dimisión deja en el aire muchas dudas. Y estas dudas han llevado a que las acciones de L Brands -la casa matriz de Victoria’s Secret- hayan caído en la bolsa un 4.6%. Según los analistas del ‘Financial Times’, «esta renuncia hace que nos preguntemos sobre el futuro de Victoria’s Secret«.

Las acciones han bajado un 4,6%, pero su popularidad ha caído muchos más enteros. ¿La razón? No haberse dado cuenta de que la opinión pública ya no acepta con tanta docilidad los trucos de Photoshop o la entronización de la delgadez. Recapitulemos: a finales de 2014, su eslogan ‘El cuerpo perfecto’, que acompañaba a unas modelos muy delgadas, incendió las redes sociales. No les quedó más remedio que recitificar y cambiar el lema por este otro, políticamente más correcto: «Un cuerpo para cada una».

El pasado otoño, una foto colgada en su cuenta oficial de Instagram volvió a desatar tanto las burlas como las iras del personal. Se trataba de una modelo, de espaldas y en ropa interior, a la que le faltaba media nalga. Tal cual: un burdo trabajo de Photoshop le había quitado la mitad del culo. Las burlas vinieron por la edición chapuza; las iras, por el hecho de que consideren que tuviera que adelgazarse a una modelo ya de por sí delgada.

Entretanto, la competencia sí parece haber entendido que los tiempos han cambiado. Aerie, una firma especializada en lencería para adolescentes, ha anunciado que renunciaban al Photoshop y animaban a las mujeres a aceptarse tal y como son. Su ‘hashtag’ oficial transmite que lo que es real es hermoso y la estrategia les ha salido bien: el resultado es que sus ventas se han disparado.

Esta actitud contrasta con otra polémica campaña de Victoria’s Secret: su línea Pink, dirigida a jovencitas, sacó una colección decorada con mensajes como ‘Llámame’, ‘Bésame’, ‘Salvaje’… Tras la lluvia de críticas, la firma informó en un comunicado que se trataba de una línea ‘para universitarias’, no para adolescentes. Algo que se contradecía con lo que había dicho uno de los directivos meses atrás: «Cuando se tienen 15 o 16 años, ¿qué se quiere ser? Se quiere ser mayor y ‘cool’ como las universitarias, y esa es una parte de la magia de lo que hacemos en PINK»… Sobran las palabras.

Redacción

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