MIAMI – Aferrados al último hálito de esperanza, los jugadores del Miami Heat se despidieron de su afición en la temporada regular con un triunfo de 100-93 sobre Orlando Magic y quedaron a la espera de un milagro que los meta en el último tren de los playoffs.
Antes del inicio del partido en el American Airlines Arena, el capitán Dwayne Wade envió un emotivo mensaje de agradecimiento a la afición que apoyó al equipo a lo largo de una temporada difícil, llena de contratiempos y lesiones.
«Vamos a luchar hasta el último partido, hasta el último minuto, hasta el último segundo. Vamos a luchar y a luchar», prometió Wade a la fanaticada de miami.
Hassan Whiteside fue el hombre grande del Heat, al anotar 24 puntos y capturar 13 rebotes, para su vigesimosegundo doble-doble de la temporada.
Sus 24 cartones igualan su mejor cifra de la campaña, que ya había logrado ante los Minnesota Timberwolves el 4 de febrero, en el partido que Miami perdió 102-101.
«Salimos a jugar fuerte, sin mirar lo que no depende de nosotros. Vamos a darlo todo hasta el último momento porque la afición se merece nuestro esfuerzo», dijo Whiteside al concluir el encuentro.
Dwyane Wade, con 22 unidades, secundó a Whiteside en el ataque, mientras que Luol Deng (14), Goran Dragic (13) y Chris Andersen (10) sumaron dobles dígitos.
Por Orlando, Victor Oladipo fue el mejor anotador, con 30 puntos, mientras que Tobías Harris encestó 26.
Con este resultado, el Heat llegó a récord de 36 victorias con 45 derrotas y mantuvo vivas sus escasísimas esperanzas de avanzar a los playoffs.
«Este triunfo demuestra el compromiso de nuestros muchachos de luchar hasta el último momento. No ha sido una temporada fácil, pues hemos sido golpeados por lesiones casi todo el tiempo. Muy pocas veces hemos tenido el equipo completo en salud y a pesar de todo, hemos seguido peleando, lo cual me hace sentir muy orgulloso de este equipo», manifestó el coach Erik Spoelstra.
Al comenzar la jornada, las posibilidades de Miami dependían de una combinación que incluía ganar los últimos dos juegos del calendario y que los Brooklyn Nets y los Indiana Pacers perdieran los dos encuentros que le restaban a cada uno.
Los Pacers (37-43) descansaron este lunes y los Nets (37-44) fueron superados 113-86 por los Chicago Bulls.
El Heat termina su calendario regular el miércoles visitando a los Philadelphia Sixers, mientras que Brooklyn recibe a Orlando el mismo día para el cierre.
Indiana recibe mañana a los Washington Wizards y un día después juega como visitante ante los Memphis Grizzlies.
De ganar Miami en Filadelfia y perder los Nets y los Pacers los partidos que les restan, los tres terminarían con 37-45, pero el octavo boleto de la Conferencia del Este le correspondería al Heat por mejor promedio de ganados y perdidos en los partidos que involucra a los conjuntos empatados.
Pero basta con que Indiana gane uno de los dos juegos pendientes o lo haga Brooklyn sobre el Magic para que se silencie la cancha del American Airlines Arena hasta la próxima campaña.
El Heat, que estuvo en las últimas cuatro finales de la NBA, con dos títulos, deja un sabor agridulce entre sus fanáticos.
Es cierto que en esas cuatro ocasiones anteriores, el equipo contaba con el mejor jugador de la liga, Lebron James, quien regresó este año a Cleveland.
A pesar del golpe que representó la partida de Lebron, Miami pudo estar desde hace semanas clasificado a la postemporada, tan sólo con haber asegurado dos o tres partidos de muchos que debieron ganar sí o sí.
En ocasiones el coach Spoelstra no manejó bien el reloj en los segundos finales. En otros casos, se encaprichó con ciertos jugadores que no estaban en su mejor noche o retiró de la cancha sin explicación a otros en momentos en que estaban con la puntería caliente.
También es una realidad la epidemia de lesiones que aquejó al quinteto de Miami prácticamente desde el inicio y que incluyó a Chris Bosh, quien quedó fuera por el resto de la temporada cuando apenas había disputado 44 partidos.
Peor aún fue el caso de Josh McRoberts, de quien se esperaba mucho y sólo pudo intervenir en 17 juegos.
Pero de las crisis salen las grandes soluciones y quizás gracias a esa necesidad ocasionada por las lesiones la gerencia se movió para conseguir dos piezas que permiten mirar el futuro inmediato con optimismo.
Para la temporada 2015-2016, el Miami Heat tendrá dos piezas con las que no contó incluso en sus años de campeón.
Hassan Whiteside es un centro natural, con sus siete pies y 265 libras, joven, talentoso y movilidad inusual para un hombre de su talla, en una posición en la que Miami improvisó demasiado en contiendas anteriores.
Asimismo, el esloveno Goran Dragic es el armador que necesitaba el equipo, que dependió desde hace mucho de un inconsistente Mario Chalmers o un mediocre Norris Cole, cambiado a mitad de temporada a los New Orleans Pelicans.
Con esas dos piezas fundamentales ya garantizadas, el presidente Pat Riley saldrá de compras al mercado de agentes libres y ya se sueña en Miami con la posible adición de Kevin Durant.
Por Jorge Morejón
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