La Iglesia Católica dijo que en medio de las dificultades que ha vivido la nación dominicana no puede perder la esperanza, porque está segura que vendrán tiempos mejores para sus ciudadanos.
En el editorial del semanario Camino en la última tirada del 2015 expresa“, tenemos motivos y razones para ir por los caminos pregonando que vendrán días mejores, y que tenemos las fuerzas necesarias para edificar una nueva casa, para cobijar la ternura y el compartir”.
Manifiesta, que “el pueblo que andaba en tinieblas vio la luz, estamos alegres”, “nos ha nacido un Redentor”.
Exhorta a su feligresía y a la población en general, dejar atrás la tristeza, el pesimismo, la frustración y la falta de esperanza, y que podamos dar paso a una vida nueva.
Asevera que “seamos conscientes de que es mucho más la luz que la oscuridad”, agregando, “tenemos motivos y razones para ir por los caminos pregonando que vendrán días mejores.
Reconoce que a nivel personal, muchos en este año que termina, habrán sentido la carga insoportable del abandono y la incomprensión. Otros habrán experimentado la soledad que lleva al aislamiento, donde parece que ninguna puerta se abre a la felicidad.
Aprecia que “estamos conscientes que a nivel de pueblo hemos palpado un crecimiento de los hechos violentos”, lo que atribuye a que, “malos dominicanos le han robado la paz y la tranquilidad a nuestras comunidades, cometiendo acciones vandálicas que no veíamos por estas tierras”.
Añade que duele comprobar que mientras hay millones de dominicanos que van dejando huellas de compromiso y entrega callada en favor de los más pobres, algunos maquinan el mal, haciendo un ruido tan fuerte que da la impresión de que todo se ha perdido y que estamos en un callejón sin salida.
Los religiosos exclaman “pero el nacimiento del Salvador de la humanidad nos llena del futuro esperanzador que nació en Belén, nos llena de energía, y nos llama a tener vida, y vida en abundancia”.
Asegura que, “Jesús transforma nuestra realidad, haciéndonos hombres y mujeres nuevas, constructoras de una sociedad llena de fraternidad”.
La Iglesia Católica recuerda que Dios es “nuestro motivo para contagiar a los demás, con la alegría profunda que nadie podrá arrebatarnos, y que tantos buscan y anhelan encontrar. Concluye diciendo, ¡estamos en Navidad!, que los buenos deseos y sentimientos que florecen en cada persona en estos días del año, se mantengan para siempre.
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