Loma Novillero, Siete Pico y Mariasnchita, esas hermosas montañas que se observan en lo alto desde la autopista Duarte al pasar por Villa Altagracia están siendo deforestada y destruido su bosque para proyecto de vivienda y el conuqismo por personeros, militares, políticos y funcionarios del gobierno, frente a las miradas complacientes de autoridades locales y del Ministerio de Medio Ambiente.
Cientos de árboles han sido derribados al interior y en la falta de la montaña para edificar viviendas de veraneos, hacer plantíos agrícolas o venderlas a personas pudientes, lo que constituye uno de los peores crímenes ecológicos y pone en peligro a decenas de arroyos que desembocan en los ríos Isabela y Haina, ambas fuentes de agua de los acueductos del gran Santo Domingo y de pueblos cercanos.
Las organizaciones representativas de Villa Altagracia han puesto la situación al conocimiento al ministro de Medio Ambiente desde hace un gran tiempo, quienes prometieron frenar la deforestación acelerada de esta área protegida y ahora declarada Parque Nacional. Pero esto al parecer no es suficiente para que los invasores se detengan, lo que ha faltado la decisión de someter a la justicia a los depredadores. Por lo que se ve hay temor en las autoridades y al parecer temen enfrentarlos, será porque entre ellos hay funcionarios gubernamentales y políticos locales, implicados en la destrucción de esta hermosa y valiosa franja verde.
El principal foco de deforestación se ubica en la comunidad de Los Arroyones, al nordeste de Novillero. Allí el proceso de penetración de intrusos fue acelerado después de iniciada la cuarentena por el Covid-19, siguieron aprovechando la campaña electoral y luego la cercanía de lo que fue el cambio de Gobierno. A pesar de los esfuerzos que los defensores del medio ambiente hacen contra estos depredadores, la mala práctica continua. Además de los terrenos de la parte alta, también se reparte una gran porción de terreno propiedad del CEA en la comunidad de Sabana piedra y tubo Prieto en el municipio de Villa Altagracia.
Es de recordar que ante una denuncia-querella presentada por las instituciones más representativas, del municipio fueron apresados 22 invasores y deforestadores y aun así continúan la práctica de destruir nuestras lomas. Reiteramos la propuesta de que se instale en el municipio un cuartel del SENPA, que sea delimitada todas las áreas protegidas, reforestada y hoy Parque Nacional. Insistimos en que sean desalojados todos el que ocupe tierra en la parte baja y alta de las montañas; Loma Novilleros, Siete Picos y Marianchita.
La invasiones y destrucción del bosque en lugares bien localizados y estratégicos nos hacen sospechar que hay sectores muy poderosos detrás de este crimen ambiental, y que pretenden adueñarse con fines particulares lo que es de todos. Hay que decir que personas cercanas al gobierno del PRM están ideando proyectos y desarrollando áreas dentro de lo que hoy es parque Nacional y se están dando a la tarea de vender solares para viviendas de veraneos. Si el ministerio de Medio Ambiente no toma en serio la protección al Medio Ambiente serán destruidas las partes boscosas ocupan estos señores.
Las entidades que forman parte del Comité, Fundación para el Desarrollo de Villa Altagracia, la Confraternidad de Pastores Evangélicos, la Parroquia Nuestra Señora de La Altagracia, la Confraternidad de Pastores evangélicos, el Clúster Ecoturístico de Villa Altagracia, la Universidad Nacional Evangélica, y la Federación de Juntas de Vecinos, entre otras. Reclaman el desalojo de los invasores y depredadores y que el Ministerio de Medio Ambiente garantice una estricta vigilancia de Loma Novillero, Siete Pico y Marianchita.
Recordaron que esa hermosa y larga flanja verde comenzó a reforestarse en el año 1978, después del ascenso al poder del extinto presidente Antonio Guzmán y luego el Dr. Jorge Blanco. Fue decisiva la participación de militares y de miles de civiles voluntarios de todos los estratos sociales. El plan Quisqueya Verde, encabezado por el entonces ex vicepresidente de la República Jaime David Fernández Mirabal, retomó a partir del 1998, la siembra de árboles de manera masiva en la falda de la montaña, especialmente en Los Arroyones.
El Comité de Defensa de los Recursos Naturales de Villa Altagracia advierte que defenderá con uñas y dientes su patrimonio natural y solicitó la intervención directa del presidente Luis Abinader para que instruya al ministro de Medio Ambiente a fin de hacer cumplir la ley que crea ese organismo.
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