Por Marino Ramírez Grullón
El reciente caso de decomiso de más de nueve toneladas de drogas en el principal puerto privado del país deja muchas nebulosas y dice lo oscuro que es ese mundo ya universal de tráfico de productos controlados por las leyes.
Me hace recordar el famoso caso del barco Río Truano cuyos archivos han desaparecido y que ni en el internet aparecen.
Este caso del puerto Multimodal Caucedo, por cierto el lugar donde más drogas se incautan ha pasado tan rápido que las drogas ya no aparecen porque fueron incineradas hasta con la presencia de la procuradora general de la República, cosa extraña porque la doctora Miriam Germán no asiste a este tipo de acciones.
Pero bueno, el caso es que con la historia de del barco Río Truano pasó casi igual, el carguero llegó atiborrado de drogas al puerto de Santo Domingo para luego hacerse público el escándalo, siendo despachada dicha nave de manera oculta por las autoridades de entonces, desde la Procuraduría General de la República.
Así las cosas valen las comparaciones porque nunca se supo el dueño de la voluminosa cantidad de drogas, como ahora nadie sabe nada y hasta se sospecha que los estupefacientes fueron cargados en el mismo muelle local por personas que entraron en un camión sin que nadie los viera, es decir no había vigilancia.
Truano, también se fue así como si nada hubiese pasado haciendo que el entonces Presidente Joaquín Balaguer aceptara la renuncia o cancelara al entonces Procurador general de la República, un olvidado héroe de la guerra de abril.
Son tantos los millones de dólares que se mueven alrededor del tráfico de drogas que los grandes cargamentos nunca tienen dueños, como también sabemos que en Estados Unidos ni Europa los grandes receptores de esos productos ilegales nunca son atrapados.
Si el Presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo no se hubiese referido al tema quizás no se averigua nada.
Dudo que aquí se vaya a llegar al fondo, eso como la droga de Quirino que no se dejó que llegara a Santiago en aquel momento.
Aunque hay que reconocer que durante la presente gestión se ha descubierto más droga que nunca, también hay que destacar que casos como éste último de Puerto Caucedo dejan muchas dudas por la rapidez en que ha sido cerrado.
A todo esto sólo hay que decir a Dios que reparta suerte, porque los que la tienen pueden vivir tranquilos que con sólo unas llamadas telefónicas o el envío de millones de dólares a cualquier cuenta pueden resolver sus casos.
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