Contrapeso del Congreso rompe poder absoluto de Donald Trump en la Casa Blanca

EE.UU.-Donald Trump regresó este 20 de enero a la Casa Blanca con una agenda de grandes cambios en Estados Unidos.

«Gobernaré con un lema sencillo: promesas hechas, promesas cumplidas», dijo el mandatario en su primer discurso luego de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.

Esa noche, Trump dijo que convertiría a EE.UU. en el mejor país del mundo.

Y este 20 de enero, durante su toma de posesión, anunció que su país iniciaba una «era dorada».

Entre sus propuestas está seguir construyendo el muro limítrofe con México para sellar las fronteras del país y, sobre todo, expulsar del país a millones de extranjeros indocumentados en lo que asegura será la «mayor deportación» de la historia de Estados Unidos.

También ha prometido reducir la burocracia gubernamental, bajar los impuestos e imponer un sistema de aranceles de 10% a 20% a la importación de la mayor parte de los productos extranjeros que, en el caso de China, llegarían a 60%.

Para lograr estos objetivos, Trump cuenta con un partido republicano que ha cerrado filas en torno a su figura y que dispone de mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, lo que configura lo que los estadounidenses denominan como «trifecta» o gobierno unificado.

Esto significa que las cosas empiezan a funcionar al estilo de los sistemas parlamentarios unicamerales, donde una mayoría toma el control del Congreso y del gobierno, actuando como un todo unificado que puede hacer prácticamente lo que quiere, dice a BBC Mundo Mark Peterson, profesor de Políticas Públicas, Ciencia Política y Derecho en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA).

Además, la Corte Suprema de Justicia -que encabeza el tercer poder independiente del Estado- cuenta en estos momentos con una mayoría de seis jueces conservadores (tres de ellos nombrados por Trump durante su primer mandato) frente a tres jueces liberales, lo que aumenta la probabilidad de que las iniciativas del gobierno reciban luz verde por parte del máximo tribunal.

¿Significa esto que Donald Trump gobernará sin ningún tipo de contrapeso? No.

Aquí te contamos seis posibles límites al poder casi absoluto del nuevo presidente.

1. Mayorías muy pequeñas en el Congreso

Los republicanos cuentan con mayorías en ambas cámaras del Congreso. Sin embargo, no se trata de una ventaja holgada que pueda garantizar la aprobación de todas sus propuestas.

Los resultados de las elecciones de noviembre otorgaron al partido de gobierno 220 legisladores frente a 215 de los demócratas. No obstante, desde entonces un congresista republicano renunció a su escaño -y se prevé que otros dos lo harán en breve- para ocupar posiciones en el gobierno y eso supone que al menos durante unos meses, la ventaja de los conservadores en la Cámara Baja se reduce a dos votos, lo que les deja muy poco margen de maniobra.

«Es la mayoría más débil que ha habido en tiempos modernos. Y aunque los republicanos están ahora extremadamente alineados, es muy difícil mantenerlos a todos unidos frente a temas muy complicados para lograr que ese control nominal de la cámara se convierta en un control absoluto», apunta Peterson.

En la Cámara Alta, los republicanos cuentan con 53 senadores, frente a 47 de los demócratas. Eso significa que aún les faltan 7 votos para contar con la mayoría calificada necesaria para aprobar medidas importantes.

«A menos que todo lo que quieran hacer pueda empaquetarse a través del mecanismo de reconciliación, los demócratas pueden vetar casi todo», indica Peterson.

La reconciliación es un procedimiento especial que permite al Senado aprobar de forma expedita medidas presupuestarias contando con una mayoría simple de votos (51, en lugar de 60). En las últimas décadas ha sido empleado con frecuencia debido a la extrema polarización que hay en el Congreso estadounidense, pero no se puede aplicar en todos los casos.

El Motín

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