Richard Neave, científico de la Universidad de Manchester, ha pasado una buena parte de su tiempo tratando de reconstruir el rostro de Jesús de Nazaret mediante la antropología forense, una de las subdisciplinas de la antropología física. No es la primera vez que el catedrático realiza un trabajo de este tipo, anteriormente había reconstruido la cara de otras figuras históricas muy populares, como Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro Magno) y el Rey Midas.
Para realizar una imagen de Jesús más adaptada a la realidad, el científico contó con tres cráneos del siglo I bien conservados que habían sido hallados en Israel. A partir de ellos, Neave utilizó la tomografía computarizada para intentar obtener hasta el más mínimo detalle.
Estamos acostumbrados a ver representaciones de Jesús de Nazaret que le muestran con melena castaña, tez blanca, ojos claros y barba. Pero la ciencia ahora pone en duda ese aspecto tan caucásico y afirma que su color era negro, tenía una nariz más grande y además, un aspecto mucho más corpulento.
Según explican en Popular Mechanics, los científicos creen que esta recreación de Jesús podría ser la más exacta que se ha realizado hasta la fecha. Según Alison Galloway, profesor de antropología en la Universidad de California «probablemente sea más fiel a la realidad que el trabajo de muchos grandes maestros de la pintura».
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