RedacciónEl abogado Cándido Simón aseguró este jueves que la decisión del juez de Instrucción Especial de la Suprema Corte de Justicia, Francisco Ortega, fue sopesada, mesiánica y proporcional conforme al grado responsabilidad penal individual que se estimó en relación a cada un de los imputados sobre el caso de los sobornos de la empresa Odebrecht.
Simón afirmó que Ortega se sujetó a criterio de humanización de la medida de coerción al disponer el arresto domiciliario de Radhamés Segura, quien ha estado en tratamiento médico por una crítica enfermedad, así como a Roberto Rodríguez por su conocido estado de depresión diagnosticada de hace mucho tiempo:»es justo pues de eso es que trata la norma procesal penal».
No obstante, Simón estimó que hay imputados que lograrán la sustitución de la medida en revisión o apelación, porque no hay sospecha razonable de fuga, al citar como ejemplo, el caso de Andrés Bautista.
Cándido Simón apuntó que en el caso de los legisladores Tommy Galán, Julio César Valentín y Alfredo Pacheco, el juez hizo lo correcto, pues la prisión preventiva es inejecutable, debido a su inmunidad parlamentaria.
«Es innecesario que el Congreso les levante o desafore el velo de la inmunidad, porque ellos pueden ser procesados en libertad: “hay varios precedentes y nada lo impide», puntualizó.
Finalmente, Cándido Simón destacó que el juez Francisco Ortega no se dejó seducir por el «populismo», y ponderó, además, que esos legisladores no presentan ninguna evidencia razonable de evadir el proceso: «las medidas de coerción son en interés de la justicia, pues sin procesado no hay proceso, no en interés de satisfacer el gusto popular».
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