MOSCÚ.- El avión de pasajeros AN-148 que se estrelló este domingo en las afueras de Moscú con 71 personas a bordo se incendió y explotó sólo tras estrellarse con la tierra.
“Se ha determinado que en el momento de precipitarse al suelo el avión estaba entero, sin incendiarse. La explosión se produjo después de la caída”, dijo hoy a los periodistas Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia, la autoridad judicial que investiga la tragedia.
Por lo demás, las autoridades no han adelantado ninguna hipótesis sobre las posible causas del siniestro y han señalado que están abiertas todas las líneas de investigación.
Aunque la nieve, las condiciones del terreno y la gran dispersión de los fragmentos del aparato y de las víctimas mortales dificultan las labores de búsqueda -que se podrían prolongar durante al menos una semana-, los servicios de rescate ya han localizado las dos cajas negras del AN-148.
“Han sido encontrados los dos registradores de vuelo. Por tanto, la investigación ya se encuentra en plena marcha”, dijo el viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkóvich, quién agregó que “es muy pronto para hablar de las causas” del siniestro.
Fuentes del diario “Kommersant” han señalado que el avión de la compañía Sarátovskie Avialínii, que minutos antes de la tragedia había despegado desde el aeropuerto Domodédovo (Moscú), se precipitó al suelo de forma brusca desde una altura de 1.800 metros.
“Tras alcanzar una altura de 1.800 metros y una velocidad de 600 kilómetros por hora, el avión se desplomó bruscamente hasta los 1.500 metros. Después recuperó la altitud anterior y enseguida se precipitó al suelo”, señala la influyente publicación.
Un incendio en un motor, un fallo en los indicadores de velocidad o un fallo de pilotaje son las causas más probables del accidente según los expertos consultados por “Kommersant”.
La compañía aérea informó en un comunicado de que el aparato había superado en enero pasado una revisión completa de mantenimiento que incluyó el chequeo de todas las partes del avión, entre ellas el fuselaje, las alas, el tren de aterrizaje y los motores.
La aeronave, además, superó la revisión de mantenimiento obligatoria que se debe hacer antes de cada vuelo “sin que se detectará ningún fallo”, agregó la aerolínea.
Aunque el AN-148 había completado otras tres rutas durante el día de ayer, la tripulación del fatídico vuelo regular 6W 703 entre Moscú y la ciudad de Orsk, en el sur de los Urales, acababa de empezar su turno.
Cerca de mil personas, 191 vehículos y nueve aviones no pilotados participan en la labores de búsqueda de los cuerpos de las víctimas del accidente y de los restos del aparato siniestrado.
En el lugar del accidente ya se han localizado más de 450 fragmentos de cuerpos y cerca de 400 trozos del avión, según los últimos datos ofrecidos a la agencia Interfax por el centro que coordina la operación de rescate.
La ministra de Sanidad rusa, Veronika Skvortsova, aseguró que será necesaria una semana para recoger todos los restos mortales del lugar de la tragedia.
A bordo del AN-148 se encontraban seis tripulantes y 65 pasajeros, tres de ellos niños.
En un comienzo, las autoridades comunicaron que todos los ocupantes del avión eran ciudadanos rusos, pero más tarde precisaron que había tres pasajeros extranjeros, un ciudadano suizo, un azerbaiyano y un kazajo.
El AN-148 es un avión diseñado por la empresa aeronáutica ucraniana Antónov para cubrir rutas de mediana distancia, con una autonomía de vuelo de entre 2.200 y 4.400 kilómetros, en dependencia de su configuración.
El accidente aéreo de este domingo es el más grave ocurrido en Rusia desde el 25 de diciembre de 2016, cuando un Tu-154 se estrelló en el mar Negro causando la muerte a sus 96 ocupantes.
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