Por Alberto Quezada
La historia política dominicana de los últimos 58 años creo que no registra en sus abundantes relatos y episodios un fenómeno conductual partidario de tanto alineamiento y sumisión ante el poder extranjero y la oligarquía nacional como el que exhibe en la actualidad el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
De verdad que no recuerdo haber leído desde la apertura de la etapa democrática en 1962, nada parecido, en dónde un gobierno dominicano de derecha, centro izquierda o democrático, estuviera tan genuinamente identificado con la agenda norteamericana y la burguesía nacional.
Ni el fenecido doctor Joaquín Balaguer en sus oprobiosos doce años, ni el Triunvirato, que es mucho decir, pusieron de manifiesto en el Gobierno una conducta tan complaciente a los intereses norteamericano como lo ha venido haciendo el denominado partido del cambio.
Lo que se observa en la actual gestión que encabeza el Presidente Luis Abinader es la ejecución de un libreto que no admite la más mínima variación que vaya en contrapelo de los dictados del establishment norteamericano y sus soportes ideológicos representando en el empresariado nacional.
Nunca como ahora en la República Dominicana la agenda del Departamento de Estado de los Estados Unidos y la oligarquía nacional se había sentido con tanto peso y claridad en la dinámica de un gobierno como en los actuales momentos.
Para que tengamos una idea de lo que estamos planteando vamos hacer referencia a varios aspectos fundamentales que demuestran la base de nuestra afirmación. Veamos.
El primero, la identificación y puesta en marcha sin reserva del tema de la transparencia y rendición de cuentas de todos los estamentos del Estado que administran fondos públicos ya sean centralizados o descentralizados.
El segundo, su determinación de llevar hasta donde sea posible la lucha contra la corrupción y la impunidad, no importa que esto implique ¨ trancar´´ medio país, llevarse de encuentro el debido proceso y debitar el Estado de derecho.
El tercero, la colocación en puestos claves de la administración pública de pichones de la dependencia y del empresariado nacional para garantizar la materialización de sus propósitos y planes definidos en su agenda. Hay otros aspectos que podrían enumerarse pero por un asunto de espacio lo dejamos ahí.
El autor es periodista y magister en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo.quezada.alberto218@gmail.com
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