Arranca esta noche la final de la NBA

LeBron se obsesiona con su «marca», calculando cada tuit y posteo de Instagram con el apoyo de un equipo compuesto por sus amigotes. Es más, su contrato «de por vida» con Nike vale ¡mil millones de dólares!

Curry, sin embargo, parece haber superado al Rey en su propia corte con el carisma propio de una estrella de cine y encestando triple tras triple desde distancias inusitadas que dejan a todos boquiabiertos. Su vínculo con Under Armour ha rendido frutos y este año sus zapatillas recaudaron 10 millones de dólares más en ventas que las de LeBron, 160 a 150.

¿Se dan cuenta? Esto va mucho más allá de los 24,6 puntos por partido que promedia LeBron o el 45,8 por ciento de efectividad en triples de Curry en triples durante esta postemporada, el cual por cierto es el más elevado de su carrera en los playoffs.

Me podrás decir «¿Zapatillas? ¿y eso a mi qué me importa? Háblame de lo que sucede dentro de la cancha», y hasta hace no mucho tiempo te hubiese dicho que tienes toda la razón. Sin embargo, hoy en día las motivaciones fuera de la cancha tienen un efecto directo dentro de ella que simplemente no se puede ignorar.

En otras palabras, LeBron y Curry protagonizan una pulseada por la adulación de cada niño y adolescente que los ve jugar.

Curry puede mejorar su marca invicta en Finales de la NBA a 2-0 con el bonus agregado de que habría ganado ambas series contra el mejor jugador de la última década. James, por su parte, no se puede dar el lujo de perder su quinta final en siete intentos y caer a 0-3 en Cleveland.

Ningún jugador que se haya coronado como MVP de la NBA ha quedado segundo en cinco ocasiones distintas, y ese no es un club del que quieras ser miembro. Wilt Chamberlain perdió cuatro de seis Finales, mientras que Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar contaron con legajos positivos de 5-4 y 6-4 respectivamente.

Para aquellos que esperen presenciar una batalla titánica entre Curry y LeBron uno contra uno, lamento decepcionarlos pero eso simplemente no sucederá.

Uno es un base y el otro es un alero. Curry abusaría de LeBron con triple tras triple mientras lo hace pasar por cortina tras cortina de sus compañeros, mientras que LeBron simplemente atropellaría a Curry como una locomotora camino al aro.

Hablando de encarar hacia el aro, el astro de los Cleveland Cavaliers se ha hecho un hábito sano de encestar cerca del aro con un 59 por ciento de efectividad en la zona pintada, el porcentaje más elevado de su carrera en ese rubro. Sus otros tres porcentajes más elevados habían sido del 54, 53 y 50 por ciento entre el 2011 y el 2015 con el Miami Heat.

Él nunca había sido tan letal vistiendo la camiseta de los Cavaliers entre el 2003 y el 2010 o la temporada pasada.

¿Cómo lo (intentas) detener? Simple, el antídoto tiene nombre y apellido y se llama Andre Iguodala.

Iguodala fue nombrado como MVP de las Finales pasadas por sobre Curry gracias a sus proezas defensivas, las cuales deslumbraron más que nada en cada mano a mano con LeBron.

Martin Bater

Redacción

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