Por Danilo Cruz Pichardo
Al doctor Eddy Olivares lo conocí en la Universidad Autónoma de Santo Domingo siendo muy joven. Fue dirigente del FUSD, grupo estudiantil apéndice del PRD, y siempre se ha caracterizado por su coherencia política, buenas relaciones humanas y preocupación por los estudios, a tal punto que hoy se le considera un buen intelectual.
Es abogado de profesión, pero sus pasos por la Junta Central Electoral, donde mostró honestidad, lo han convertido en un especialista en la materia. Olivares es uno de los dominicanos que más sabe de asuntos electorales.
Nunca ha ocultado su inclinación política –primero hacia el PRD y luego hacia el PRM–, pero sin exhibir conductas sectarias y mantiene excelentes relaciones con todos los sectores políticos de la vida nacional. Es un caballero, servicial, diplomático y buena gente. Y Su honestidad y profesionalidad lo llevan siempre al apego a la objetividad.
Para ser árbitro o juez de cualquier corte en la República Dominicana no hay que ser independiente. La independencia y la imparcialidad son inexistentes. Creo en la profesionalidad, la misma profesionalidad que exhiben algunos en la aplicación de las leyes como forma de ganarse el crédito público. Y Eddy Olivares goza de crédito público en la sociedad dominicana precisamente por su profesionalidad.
Es la razón por la cual los dominicanos, de forma mayoritaria, lo apoyaban para que presida la Junta Central Electoral. Sin embargo, no lo tomaron en cuenta siquiera como miembro del organismo, producto de una objeción que, según se dice, proviene de un sector del propio PRM. ¡Qué pena! ¿Qué está ocurriendo ahora? Que a Eddy Olivares lo han convertido en una víctima.
Y lo han victimizado aún más cuando decide regresar a su partido y la máxima autoridad del PRM alega que esa solicitud de Olivares amerita ser estudiada detenidamente. ¿Estudiar qué? ¿Y ese no es su partido? A Eddy Olivares no lo expulsaron, fue él que tomó una licencia y tiene el derecho a regresar cuando lo considere pertinente.
José Paliza es un joven que siempre gozó de mi simpatía. Y se ganó el corazón de muchos dominicanos en rol de miembro del Consejo Nacional de la Magistratura.
Pero no sé, el poder político a veces llena de soberbia a la gente, aunque posiblemente ese no sea el caso del ministro presidencial. Lo que sí hay que tomar muy en cuenta es que que todo en la vida es pasajero, incluyendo el poder político, porque el mundo da muchas vueltas. Recordamos la humillación cometida por Jean Alain Rodríguez en contra de Miriam Germán, a quien le violó sus derechos y calumnió. Y por el propio Danilo Medina, que, aunque guardó la apariencia, terminó excluyéndola de la Suprema Corte de Justicia, actitud que cayó muy mal en los sectores más sensatos de la sociedad dominicana.
¿Qué pasó entonces? Que con el tiempo los papeles resultaron invertidos. Y hoy Miriam Germán es la procuradora general de la República, mientras Jean Alain y el propio Danilo Medina andan por ahí asustados.
La experiencia indica que el poder hay que asumirlo con humildad (humildad real, no simples poses políticas) y jamás tomarlo para perseguir y aplastar a personas, aun se trate de adversarios, pues en política no hay enemigos. La conducta persecutoria puede revertirse en contra de quien la practica.
La persecución contra Eddy Olivares evidentemente que lo ha victimizado y podría convertirlo en líder político. ¡Así como se oye! Aquí se acostumbra mucho a subestimar a políticos. Se subestimó a Leonel Fernández en 1996, a Danilo Medina en el 2012 y al propio Luis Abinader en el 2020. A todos les atribuyeron falta de condiciones y hasta de carisma.
¿Subestimarían a Eddy Olivares? Es lo más probable. Mientras tanto se dice que hay una corriente dentro del PRM que lo sustentaría a la Presidencia de la República.
Nada se puede descartar en un país con un gran vacío de liderazgo, donde gran parte de nuestra clase política arrastra cola moral, incluyendo a aquellos que por el momento se proyectan para el 2024, mientras Eddy Olivares muestra una imagen impecable.
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