Robert Roberson fue condenado a la pena de muerte por el fallecimiento de su hija Nikki.

A punto de ser ejecutado «por un crimen que no sucedió»

Robert Roberson recibirá una inyección letal si sus abogados no logran demostrar que merece clemencia.

Roberson fue sentenciado a la pena capital por la muerte de su hija Nikki, una niña de 2 años que falleció el 31 de enero de 2002 después de llegar al hospital en estado de coma, desvanecida en los brazos de su padre y con el rostro azulado por la asfixia.

Los médicos atribuyeron los síntomas de Nikki al síndrome del bebé sacudido, una lesión cerebral grave provocada por agitar a un niño menor de 2 años con tanta fuerza que el suministro de oxígeno al cerebro resulta comprometido.

Aquel diagnóstico se convirtió en la evidencia que confirmaba la peor sospecha de los miembros del jurado: Nikki había sido víctima de maltrato infantil.

El jurado terminó por convencerse de que Roberson era culpable cuando Brian Wharton, el detective principal de la investigación, aseguró en el juicio que el acusado había reaccionado con frialdad y desapego ante la agonía de su hija.

La decisión del gobernador

El preso tiene ahora 57 años y está previsto que sea ejecutado el próximo jueves 17 de octubre.

Sin embargo, los abogados de Roberson presentaron una petición de clemencia para que la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas recomiende al gobernador del estado, Greg Abbot, que acepte conmutar la pena de muerte.

Aunque la junta formule la propuesta, la decisión final está en manos de Abbot, quien ha concedido un solo indulto a un condenado a pena capital en los 9 años que ha sido gobernador de Texas.

El objetivo de los abogados no es sólo impedir la ejecución de Roberson. También piden que se convoque una nueva audiencia, en la que puedan refutar los errores procesales de 2002 y mostrar las evidencias que no fueron evaluadas por el jurado.

Robert Roberson es un hombre inocente”, sostiene la petición de los abogados. “Este no es un caso en el que el Estado consiguió a la persona equivocada. En cambio, se alegó un delito pero en realidad no ocurrió ninguno”.

La solicitud es respaldada por 34 científicos y médicos, un grupo bipartidista de 84 legisladores de Texas, 70 abogados especializados en defender a personas acusadas injustamente de abuso infantil, así como decenas de organizaciones que defienden a pacientes con autismo y activistas por los derechos de los padres, explica Innocence Project, una organización que defiende los derechos de convictos sentenciados injustamente en Estados Unidos.

Entre los firmantes figura el novelista John Grisham, autor de taquilleros thrillers de Hollywood como las películas Sin Salida (protagonizada por Tom Cruise y Jeanne Tripplehorn) y El informe pelícano (con Julia Roberts y Denzel Washington).

“Este no es un caso en el que el sistema se equivocó de persona, sino más bien uno en el que no se cometió ningún delito”, escribió Grisham. “Hay que hacer algo para detener la ejecución de Robert. El gobernador Abbott y la Junta de Indultos y Libertad Condicional pueden evitar una injusticia irreparable concediéndole el indulto”.

Si se niega la petición y la sentencia se cumple, Robert Roberson se convertirá en el primer prisionero ejecutado por un caso de síndrome del bebé sacudido en Estados Unidos.

El Motín

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