Las fuerzas de seguridad mexicanas han recapturado este jueves a Ovidio Guzmán, el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán y uno de los líderes del Cártel de Sinaloa. En un operativo llevado a cabo durante la madrugada en Jesús María, en la ciudad de Culiacán, la Secretaría de la Defensa (Sedena) volvió a detener al narcotraficante después del fracaso de octubre de 2019, cuando las autoridades le retuvieron y le soltaron a las pocas horas para frenar la escalada de violencia que recibieron como respuesta. Como en aquel jueves negro, la detención desató nuevamente el caos en el Estado de Sinaloa. El narco desplegó toda su contundencia para tratar de doblegar a las fuerzas armadas y sitió con bloqueos y balaceras distintos puntos del Estado. Las autoridades pidieron a la población que no saliese a la calle, las clases y actividades fueron suspendidas, el aeropuerto fue cerrado, algunos hospitales dejaron de atender consultas y se registraron numerosos saqueos a tiendas.
Luis Cresencio Sandoval, el secretario de Defensa mexicano, ha asegurado en conferencia de prensa que se trata de “un golpe contundente a la cúpula de poder” del Cartel de Sinaloa, al que se ha referido como Cartel del Pacífico, y ha informado que solo se consiguió después de “seis meses de trabajo de reconocimiento y vigilancia en el área de influencia de este grupo criminal”. Según han confirmado fuentes oficiales a EL PAÍS, autoridades estadounidenses y mexicanas intercambiaron información de inteligencia previo al operativo para detener a Guzmán. Ovidio Guzmán fue trasladado en un avión de las fuerzas de seguridad a Ciudad de México, donde ha sido presentado ante la Fiscalía Especializada en materia de Delincuencia Organizada.
Las autoridades no han informado si Guzmán será extraditado a Estados Unidos, donde tiene un pedido para enfrentar cargos por narcotráfico desde septiembre de 2019. Solo el canciller, Marcelo Ebrard, ha dicho que no habrá una extradición inmediata y que se espera un proceso judicial en México.
Tres años ha tardado el Gobierno mexicano en volver a capturar al hijo de El Chapo, uno de los herederos del imperio del narcotráfico que dejó su padre, actualmente en prisión en Estados Unidos. La decisión de liberarlo en 2019 después de su arresto, ordenada por el presidente López Obrador para, según ha repetido, evitar una masacre, ha sido uno de los momentos más criticados del sexenio de un mandatario que ha hecho bandera de la política de “abrazos, no balazos” contra los criminales. No obstante, tres años después, las balas han marcado otro jueves negro en Sinaloa.
La detención de Guzmán, conocido como El Ratón, de 32 años, se da a pocos días de la llegada a México del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que celebrarán desde el lunes una cumbre en la capital mexicana. El operativo pone el foco en la crisis de violencia que atraviesa a México justo durante la semana en que se vio al equipo de Biden preparar cada detalle de la seguridad del presidente en su visita.
El Gobierno de México ha insistido en que la Guardia Nacional, el cuerpo policial creado durante este sexenio, fue quien llevó a cargo el operativo de captura de Guzmán. Según ha explicado Sandoval, esa fuerza de seguridad tuvo que responder en el sitio una agresión armada de la organización criminal. La detención desató una espiral de violencia inimaginable en Sinaloa, con una veintena de narcobloqueos, según confirmaron las autoridades. No obstante, a primera hora de la tarde no había información oficial de más detenciones, aparte de la de Guzmán. El gobernador confirmó que había al menos 18 personas heridas, entre civiles armados y policías. Ovidio es uno de los hijos de El Chapo que, junto con sus hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, integran la facción del Cartel de Sinaloa llamada Los Chapitos o Los Menores.
Las imágenes son demoledoras y vuelven a poner en evidencia el poder del narco en México. Coches y camiones cruzados bloqueando las calles de Culiacán se podían ver en fotografías y videos que circularon por las redes sociales, además de enfrentamientos armados cuando aún no amanecía. La incertidumbre empapó las primeras horas de este jueves a medida que circulaban las imágenes de calles desiertas de gente, excepto por comandos del crimen organizado. Algunas fotos retrataban vehículos calcinados, otros completamente en llamas, carreteras cortadas por hombres armados y balazos cayendo del cielo. Un avión de las fuerzas de seguridad mexicanas que aterrizaba y un vuelo de Aeroméxico que intentaba despegar fueron baleados en el aeropuerto de la ciudad, que informó de su cierre hasta las 22.00 horas. Unas imágenes que recuerdan al Culiacanazo, el día negro en la historia de la ciudad, cuando vivió 24 horas de violencia tras la primera detención que vivió Guzmán.
El gobernador de Sinaloa, el morenista Rubén Rocha Moya, ha pedido calma a la gente y ha informado que fue notificado por el secretario de Gobernación federal, Adán Augusto López, de que las Fuerzas Armadas Federales llevaron adelante desde la madrugada un operativo en la sindicatura de Jesús María. “Ello ha dado lugar a algunos eventos violentos en la capital y otros lugares del Estado”, ha agregado en su cuenta de Twitter. “Reitero a la ciudadanía la importancia de conservar la calma y resguardarse en tanto no concluyan las acciones”.
El secretario de Seguridad estatal, Cristóbal Castañeda, fue una de las primeras voces oficiales en informar sobre los bloqueos, y en pedir a la gente que se mantuviera en sus casas. “Se están presentando despojos de vehículos y bloqueos en diferentes puntos de la ciudad, pedimos a la ciudadanía no salir, estamos actuando en consecuencia”, ha publicado en su cuenta de Twitter sobre las ocho de la mañana. Sobre el mediodía, Castañeda informó que se seguían presentando bloqueos en el Estado, nueve en Culiacán, tres en Los Mochis —al norte de la capital— y seis en la zona sur de Sinaloa. “Siguen trabajando las autoridades de Gobierno para controlar la situación, se sigue invitando a la ciudadanía a que no esté en la calle”, ha pedido en un video. En el penal de Culiacán, ha dicho, hubo un intento de fuga que fue evitado, por lo que la seguridad ha sido reforzada.
Los incidentes provocaron una situación de máxima seguridad. El Gobierno del Estado de Nayarit, que limita con Sinaloa, ha reforzado las fronteras para evitar que el despliegue de la violencia se extienda a su territorio. Mientras que la embajada estadounidense en México emitió un mensaje a sus ciudadanos alertando de la situación. “Hay reportes de balaceras en varias partes del estado incluyendo Culiacán, Los Mochis y Guasave. Monitoren noticias. El Consulado les recuerda que el Departamento de Estado clasifica Sinaloa como nivel 4 “No Viajar”.
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