11 mil militares y policías venezolanos ocupan cárcel de Tocorón, sede del «Tren de Aragua»

Miles de policías y militares ingresaron en la cárcel venezolana de Tocorón en la madrugada del miércoles 20 de septiembre.

Durante años esta prisión, ubicada a unos 140 kilómetros al suroeste de Caracas, ha sido el centro de operaciones del Tren de Aragua, el mayor grupo de crimen organizado de Venezuela y uno de los más importantes de América Latina.

Las autoridades indicaron que 11.000 policías y militares participaron en la redada, sin precisar si hubo víctimas o qué ocurrió con los líderes o integrantes de la organización criminal.

Aunque no mencionaron directamente al Tren de Aragua ni a sus líderes, fuentes gubernamentales dijeron en un comunicado que el objetivo de la intervención era “desarticular y poner fin a las bandas de la delincuencia organizada y demás redes criminales que operaban desde el Centro Penitenciario de Tocorón”.

Ceballos indicó desde el penal que Tocorón “pasará a un proceso de reestructuración y será desalojado por completo”.

Además, dijo que en la prisión “reinaba el delito”. Precisó que se descubrieron túneles hacia el exterior y se frustró la fuga de los reclusos durante el operativo.

El ministro añadió que los cuerpos de seguridad buscan capturar a los delincuentes involucrados con la banda que están fuera de la cárcel y que tomaron las huellas dactilares de los reclusos para identificarlos.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, felicitó a los cuerpos de seguridad por el resultado de la redada.

«Ahora nos preparamos para la segunda fase de la Operación de Liberación Cacique Guaicaipuro. ¡Vamos hacia una Venezuela libre de bandas criminales!», escribió en la red social X.

La periodista e investigadora venezolana Ronna Rísquez, autora del libro «El Tren de Aragua. La banda que revolucionó el crimen organizado en América Latina», asegura que se trata del mayor despliegue de seguridad ordenado por el presidente Maduro en los 11 años que lleva en el poder.

Sin embargo, Rísquez advierte que la intervención en la cárcel donde surgió esta megabanda, con actividades criminales en al menos siete países de América Latina, no implica que la organización haya sido desmantelada.

A continuación te presentamos la conversación que mantuvimos con Rísquez sobre la operación llevada a cabo en la prisión de Tocorón.

¿Qué se sabe sobre lo que ocurrió en la cárcel de Tocorón en las últimas horas?

No hay claridad sobre lo que pasó, lo único que parece evidente es que la cárcel fue tomada por los cuerpos de seguridad del Estado venezolano y los presos fueron desalojados.

(En las redes sociales) se han visto algunas fotos de presos vestidos con uniformes amarillos, como los que se usan en las prisiones que están bajo el régimen penitenciario del gobierno.

Cerraron todos los accesos a la prisión, al pueblo de Tocorón, que es donde queda la cárcel, y a las comunidades aledañas.

Hay versiones que dicen que hubo un muerto y heridos, pero no está confirmado. La realidad es que pareciera que hubo algún tipo de conversación o acuerdo con los líderes de la prisión para que esto se diera de esta manera.

Al ser una organización criminal muy poderosa, como reconoció el propio gobierno al desplegar 11.000 funcionarios, es difícil pensar que no hubiese habido ni un disparo, que no pasara nada.

Se supone que la operación comenzó en la madrugada y el último comunicado del Ministerio de Relaciones Interiores salió siete u ocho horas después. Fue un proceso demasiado rápido para desalojar una prisión que se supone que hasta hoy albergó al grupo criminal más fuerte de Venezuela y uno de los más poderosos de la región.

¿Qué representa Tocorón para el crimen organizado en Venezuela y América Latina?

Como decían los propios presos y los líderes del Tren de Aragua, Tocorón es la “Casa Grande”, es decir, el búnker desde donde opera una organización criminal que ha logrado tener operaciones en siete países de América Latina y en la frontera con Panamá y Colombia.

Es el sitio donde estaba el líder de la organización, desde donde daba instrucciones a las personas que estaban en Chile, Perú, Ecuador y Colombia, según las incautaciones de teléfonos de los miembros de la organización que han hecho los policías en estos países.

En estas comunicaciones siempre pedían autorización o recibían órdenes desde la prisión de Tocorón.

El Motín

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