RedacciónLa cocaína fue ‘la última batalla’ de Jean-Claude Van Damme durante el rodaje de la película ‘Street Fighter’, basada en una serie homónima de videojuegos, que se convirtió en imprescindible del cine de acción desde su estreno en 1994. Así lo ha revelado el director del largometraje, Steven da Souza, en una entrevista concedida a The Guardian.
Llegó a consumir10 gramos al día, lo que se traducía en 10.000 dólares por semana, a lo largo la caótica grabación que se desarrolló principalmente en Bangkok, capital de Tailandia.
«No podía hablar de eso en aquel momento, pero ahora sí puedo: a Jean-Claude se le fue la cabeza», asegura de Souza, que cuenta como el estudio llegó a contratar a una persona encargada de velar por su salud, pero que resultó ser una «peor influencia para él». «Estaba tan enfermo que tuve que revisar el guión para buscar otras cosas que filmar; no podía simplemente sentarme durante horas a esperarle».
En dos ocasiones los productores le permitieron ir a Hong Kong a pasar el fin de semana y las dos veces volvió tarde. «Los lunes ni siquiera aparecía por el rodaje», recuerda el director.
El resto de actores conciben la experiencia como un trabajo frustrante y confirman la dificultad del belga para ponerse delante de las cámaras: «Tenía una ‘suite’ presidencial en el hotel, con un gimnasio en su habitación, y cuando no aparecía se justificaba diciendo que tenía que bombear sus músculos», afirma Roshan Seth, que interpretaba el personaje de Dhalsim.
El ayudante del director, Keith Heygate, guarda recuerdos similares: «Es un hombre interesante, pero era extremadamente difícil trabajar con él; hay muchas historias que no puedo compartir».
«Seré totalmente honesta, estaba un poco preocupada cuando vi la película», lamenta por su parte Ming-Na Wen, Chun-Li en ‘Street Fighter’. «Vengo de la Universidad Carnegie Mellon, estudié en serio para ser actriz, hice Shakespeare en el teatro. Ahora puedo verla con buenos recuerdos, pero hubo algunos momentos dignos de pena», sentencia.
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