En mayo de 2018 miles de terremotos sacudieron la pequeña isla francesa de Mayotte, en el archipiélago de las Comoras, situado entre el continente africano y Madagascar. La mayoría fueron temblores leves, pero uno de ellos, producido el 15 de mayo de ese año, tuvo una magnitud de 5,8, lo que lo convierte en el más potente registrado hasta la fecha en la historia de la región.
Meses más tarde, en noviembre, un entusiasta de los terremotos registró unas raras ondas sísmicas que comenzaron a propagarse por todo el mundo y que estuvieron resonando durante más de 20 minutos. No obstante, su frecuencia fue demasiado baja para que los humanos las percibieran.
Entonces científicos franceses decidieron poner en marcha una misión múltiple para controlar mejor el origen de esa misteriosa actividad sísmica. Coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), el trabajo incluyó expediciones de la nave Marion Dufresne, codirigida por Nathalie Feuillet, del Instituto de Física del Globo de París, y Stephan Jorry, del Instituto Francés de Investigación para la Explotación del Mar (Ifremer).
Después de un año de intensas investigaciones, los científicos habrían logrado encontrar la fuente de la inesperada actividad sísmica: el nacimiento de un volcán submarino a unos 50 kilómetros de la costa este de Mayotte, informa National Geographic. De acuerdo con los científicos, el joven volcán está ubicado a 3,2 kilómetros bajo el agua, tiene una altura de 0,8 kilómetros y mide 4,8 kilómetros en su punto más ancho.
Una ecografía de la Tierra
El 16 de mayo de este año, los investigadores emitieron un comunicado de prensa, y Robin Lacassin, del Instituto de Física del Globo de París, publicó algunas imágenes en Twitter. Una imagen que muestra al volcán recién nacido en imágenes acústicas, que actúan como un delfín que utiliza su sónar para percibir el entorno.
«Es casi una ecografía de embarazo… solo que con barras de error más grandes», comentó la imagen la geofísica Lucile Bruhat, que no formó parte del equipo de investigación.
«Tal vez el centro volcánico haya migrado fuera de la isla», especula Stephen Hicks, de la Escuela Imperial de Londres (Reino Unido), que sin embargo señala que para confirmar este mecanismo es necesario disponer de más datos sobre estos puntos potenciales de actividad volcánica.
¿El nacimiento o el despertar?
Además, los científicos admiten que aún no está claro si el volcán es completamente nuevo o simplemente experimenta una nueva actividad sobre una estructura más antigua, enfatiza Ken Rubin, un vulcanólogo de la Universidad de Hawái (EE.UU.) especializado en erupciones submarinas.
Los investigadores tampoco pueden decir exactamente qué situación causó los ruidos de baja frecuencia y el enjambre sísmico, o ni siquiera si la erupción del nuevo volcán está en curso actualmente.
Así, Hicks opina que las pistas sobre el origen de la actividad volcánica más reciente podrían estar encerradas en los minerales de la lava potencial solidificada en el fondo marino, pero sin más datos de alta resolución es imposible afirmarlo con seguridad.
«Todavía hay mucha investigación por hacer», dice Mark Tingay, especialista en geomecánica de la Universidad de Adelaida (Australia) a través de un mensaje directo de Twitter. «Pero es una oportunidad para que los científicos estudien lo que posiblemente sea el nacimiento o el despertar de un volcán submarino».