Fernando Suero
De seguro que usted, habrá escuchado cientos o quizás, miles de veces, esta frase del “caramelo envenenado”, es una metáfora que se utiliza para referirse a algo que parece atractivo o beneficioso pero que, en realidad, es peligroso o perjudicial. Por ejemplo, se puede decir que una oferta de trabajo es un “caramelo envenenado” si parece muy buena pero en realidad tiene condiciones laborales abusivas o poco seguras. Pues, precisamente, con esa metáfora aludo a la marcha en son de “protesta pacífica” que, pretendían realizar desde República Dominicana un grupo de haitianos, para “exigir a la comunidad internacional” la resolución de la crisis humanitaria y de seguridad de ese país, convocada para el pasado día 09 del mes en curso. Y, que el Ministerio de Interior y Policía, la prohibió, por entender que, esta era ilegal y que, la constitución sobre el régimen de extranjería es muy clara, en cuanto a la seguridad exterior e Interior del Estado.
No es casualidad que, la supuesta marcha pacífica para presionar a la comunidad internacional, ante los problemas que sacuden esa nación, se haya convocado luego del rechazo por parte del Gobierno dominicano, a las pretensiones de Canadá, al solicitar la instalación de una “oficina para coordinar la asistencia de seguridad internacional a Haití”, en el país, es obvio que sus anhelos, eran otros.
Pero, qué tal, si les agregamos a eso, la fecha para la cual fue convocada la “marcha”, es decir, el día 09. ¿Casualidad de la vida? Porque fue un 09 de febrero de 1822, que Jean-Pierre Boyer, invadió militarmente la parte española de la isla de Santo Domingo, ocupándose a la fuerza, colocando la isla bajo su dominio total. (La ocupación haitiana).
En este punto, les otorgamos, todo el beneficio de la duda, supongamos que, sólo fue una coincidencia de fecha, y que, no había ningún “caramelo envenenado” detrás de la susodicha marcha. Aquí, hago un paréntesis, para concatenar ahora un hecho con otro, resulta extraño que la convocatoria de protesta fuera exactamente, ese día. ¿No huele extraño? Pienso que, lo que se buscaba era recordar el hecho histórico de la invasión de Boyer a Santo Domingo, en la cual, logró un dominio total en territorio dominicano de la época.
Aplaudimos que, las autoridades les negaron el permiso para tal acción amparado en los convenios entre ambos países, a la Constitución y Código Penal, sobre prevenir cualquier operación o expresión desde suelo dominicano que afecten intereses del gobierno haitiano, o, la interrupción de sus políticas. Sencillamente, íbamos a comernos un caramelo envenenado, de haberse realizado esa manifestación.
Igualmente, no hubiésemos quedado bien parado ante los ojos de organismos internacionales, que, están al acecho sobre lo que sucede en República Dominicana, y los haitianos, para embestir contra los dominicanos porque inmediatamente, los titulares internacionales iban hacer: “haitianos protestan por maltrato de dominicanos”, como ya ocurrió el 25 de febrero de 2015. Realmente, casi nos comíamos un caramelo envenenado.
Agregar comentario