Tom Brady ya no será un Patriots

Cuando el deporte profesional está suspendido en Estados Unidos por causa del coronovirus, este martes se anunció que el legendario mariscal de campo Tom Brady no seguirá con los Patriots para la próxima temporada, después de 20 años con el equipo de Nueva Inglaterra y seis títulos de Super Bowl.

De inmediato surgieron las interrogantes sobre cuáles serían las verdaderas razones por las que Brady, de 42 años, que lo había conseguido todo como deportista con los Patriots, decidía no acabar su brillante carrera profesional vistiendo un solo uniforme.

Pero sobre todo cómo el dueño de los Patriots, Robert Kraft, que siempre ha defendido que la mejor decisión que hizo el equipo en toda su historia fue conseguir a Brady, exmariscal de campo de Michigan, en su segunda selección de la sexta ronda del sorteo universitario del 2000, la número 199 global, no pudo evitarlo.

La razón pudo ser la lucha de poder que se generó dentro del equipo cuando Brady reivindicó tener más control en la formación de la plantilla y también en las decisiones que se tomasen en el campo, en detrimento de la máxima autoridad que hasta ahora ostenta el entrenador en jefe Bill Belichick.

Aunque Kraft no ha querido comentar nada al respecto y se ha limitado a decir que no era la manera como deseaba que hubiese concluido Brady su estancia con los Patriots, fuentes cercanas al equipo de Nueva Inglaterra han admitido que al dueño de la franquicia no le quedó más remedio que elegir entre un mariscal de campo de 42 años o el mejor entrenador de la NFL.

Belichick, que recibió todo el poder por parte de Kraft para negociar la continuidad de Brady, no le ofreció más que un año de contrato y menos de los 13,5 millones de dólares que recibió la temporada pasada y por supuesto la negativa a que ambos compartiesen la formación de la plantilla y las decisiones en el campo.

De esta manera, Brady vio también la oportunidad de dejar al entrenador, que el mismo definió como el mejor de la NFL, con el que ha ganado seis títulos de Super Bowl, pero con el que también ha mantenido duros enfrentamientos.

Como sucedió hace dos temporadas cuando se dio la salida de Jimmy Garoppolo a los 49ers de San Francisco y la presencia de Alex Guerrero, el preparador personal de Brady, al que Belichick le impidió que llegase a las instalaciones del equipo.

La derrota ante los Eagles de Filadeldia en el Super Bowl LII (33-41) fue la primera vez en la que Brady ya mencionó la posibilidad de un «divorcio» con Belichick.

Al final no se dio, por el contrario se mantuvieron unidos y a la temporada siguiente agrandaron aun más la dinastía de los Patriots con el sexto anillo de campeones del Super Bowl y seguros miembros del Salón de la Fama.

Pero dos años después, Brady decidió que sí se iba a dar la ruptura y eligió el camino de su ídolo de infancia, el legendario exmariscal de campo Joe Montana, que lo ganó todo con los 49ers de San Francisco, pero no quiso acabar su brillante carrera con ellos y se fue a los Chiefs de Kansas City, donde ya no pudo brillar ni triunfar de la misma manera.

Lo mismo que hizo otra figura legendaria del deporte profesional estadounidense a la que Brady admiraba, el exbase de los Bulls de Chicago, Michael Jordan, que tras ganar siete títulos de la NBA con ellos, trató de engrandecer su figura con los Wizards de Washington, sin conseguirlo.

Brady, que no quiso seguir el ejemplo de leyendas que comenzaron y acabaron sus carreras en Nueva Inglaterra, como Bill Russell y Larry Bird (Bostons Celtics) y Ted Williams y Carl Yastrzemski (Boston Red Sox), ahora tendrá de objetivo agrandar aun más su leyenda con un séptimo anillo, pero sin que esté bajo la dirección de Belichick y con otro equipo que no sean los Patriots.

Por su parte, Belichick también está listo en reforzar la plantilla con la vuelta del centro David Andrews, quien se perdió toda la temporada debido a los coágulos de sangre que se le formaron en los pulmones, y junto al coordinador ofensivo Josh McDaniels desarrollar al joven mariscal de campo Jarrett Stidham, de 23 años, en el jugador que haga olvidar a Brady.

Mientras que la nueva rivalidad que ha nacido entre ambos será, sin discusión, uno de los mayores alicientes que tendrá la temporada del 2020 en la NFL, si al final la pandemia del coronavirus permite que se pueda disputar.

Ahora solo ya falta conocer cuál será el equipo al que Brady ha elegido para protagonizar la rivalidad con Belichick, y todo apunta a que la decisión final estará entre los Chargers de Los Ángeles, de la Conferencia Americana (AFC), la misma de los Patriots, o los Buccaneers de Tampa Bay, que están en la Nacional (NFC).

Redacción