Por Alberto Quezada
La historiografía política dominicana hasta este momento no ha dado respuestas formales algunos acontecimientos políticos fundamentales los cuales merecen una explicación por la trascendencia de los autores que involucra y la importancia que reviste para la sociedad.
Eso sucede quizás, por la dejadez, cobardía, irresponsabilidad y falta de carácter de algunos ciudadanos que entienden que es mejor vivir en la mentira, la medianía, que, en la transparencia y la rigurosidad histórica, tan necesaria para las presentes y futuras generaciones.
Aquí existe la mala costumbre de algunos hombres y mujeres que han sido protagonistas y actores de primera línea de distintos acontecimientos a ocultar, callar o llevarse a la tumba testimonios y pruebas históricas de un enorme valor historiográfico. Eso no debe ser.
Esa tendencia terrible, hay que exigir detenerla; no importa el precio que implique ni los sectores que se afecten, en pleno siglo XXI ya no deben existir zonas prohibidas ni personajes intocables, hay que romperle la virginidad al silencio, la complicidad y los pactos de silencios
Para que tengamos una idea de lo que estamos planteando, díganme ustedes amables lectores si no es algo imperdonable, por ejemplo, que a 20 años de la muerte del expresidente Joaquín Balaguer, no haya aparecido la persona que le encomendó para que revelara quien o quienes fueron los autores materiales e intelectuales del asesinato del destacado periodista Orlando Martínez, el 17 de marzo 1975.
¿Es justo que la población dominicana aún continúe expectante y en nebulosa sobre la verdad histórica completa de un acontecimiento que estremeció los cimientos de esta media isla caribeña, díganme ustedes?
Otro de los temas que aún continúan en un velo de misterio y el cuál tiene un formidable interés para todos aquellos que están familiarizados con el mundo político y partidario, es escuchar o leer de sus propias manos y voces, antes de irse a la eternidad, ¿cuáles fueron las reales razones de los enconos que dieron al traste con la ruptura de las relaciones políticas, partidarias y personales de los expresidentes Danilo Medina Sánchez y Leonel Fernández Reyna?. Hacer este ejercicio en lo adelante, sería un gran aporte para la historiografía dominicana. ¡Anímense!
El autor es periodista y magíster en derecho y relaciones internacionales. Reside en Santo Domingo. Quezada.alberto218@gmail.com
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