Qué significan las palpitaciones

Una velocidad mayor o menor del corazón, latidos adicionales o latidos que se saltan, o latidos forzados, irregulares o que bombean, son todas palpitaciones. E incluso si las consideras triviales, deberías informarlas a tu médico.

Cuándo son benignas las palpitaciones 

La mayoría de estas variaciones, que también se conocen como arritmias, no ponen en peligro la vida y se resuelven por sí solas. Las más benignas y las más comunes ocurren cuando el corazón se contrae prematuramente. Esto causa una ligera demora en el siguiente latido, que se siente como un «flip-flop», o como un latido saltado. Esta contracción auricular, conocida como PAC, usualmente comienza en la cámara superior derecha del corazón, o aurícula.

Menos común, pero también benigna es la contracción ventricular prematura (PVC), que se origina en una de las cámaras inferiores del corazón. Ambas condiciones pueden ser desencadenadas por el alcohol, la ansiedad, el ejercicio, los medicamentos, el estrés, o por nada que pueda señalarse.

Las PAC que se juntan llevan a un pulso rápido (180 a 240 pulsaciones por minuto, en comparación con las 60 o 100 normales). Denominada taquicardia supraventricular o SVT, puede durar minutos o hasta horas, pero en ausencia de una enfermedad cardíaca, usualmente no causa ningún otro síntoma.

Pero si experimentas un pulso muy rápido, ve al centro médico más cercano; la SVT debe diagnosticarse con un electrocardiograma (un EKG, o una imagen de la actividad eléctrica de tu corazón).

Cuándo pueden ser graves las palpitaciones 

Las arritmias más significativas están usualmente acompañadas por síntomas tales como sudoración, mareo, desmayos, o dolor en el pecho o en la mandíbula y pueden deberse a una enfermedad cardíaca. Por ejemplo, la fibrilación auricular (A-fib), en la cual las cámaras superiores del corazón tiemblan en lugar de latir, a menudo causan falta de aliento y algunas veces desmayos. Pueden formarse coágulos sanguíneos en la aurícula y causar un ataque cerebral si viajan hasta el cerebro. De ahí la necesidad de fuertes diluyentes de la sangre si se diagnostica A-fib.

Una arritmia rara, pero potencialmente mucho más devastadora, denominada taquicardia ventricular, puede surgir cuando ocurre una PVC después de otra. Si el problema se detecta en un monitor, los medicamentos correctores pueden salvar vidas. De otra forma, puede ser fatal.

Redacción

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