Tras una semana de parón vacacional, los legisladores regresan a Washington el lunes y empezarán a trabajar en la petición de Obama. Algunos republicanos opinan que la propuesta presidencial es demasiado restrictiva como para que la misión tenga éxito. En el lado contrario, algunos demócratas quieren más limitaciones a los poderes que tendría Obama para que Estados Unidos no pueda entrar en una nueva guerra abierta.
Funcionarios de la Casa Blanca apuntaron que Obama se opone firmemente a cualquier restricción geográfica sobre las zonas en las que el ejército puede perseguir a los integrantes de la milicia radial, que tienen bastiones en Siria e Irak pero operan también a través de fronteras internacionales. Las fuentes añadieron que el mandatario está dispuesto a debatir gran parte del resto de su propuesta, así como el plazo de tres años en su proyecto y la polémica parte relacionada con las tropas de tierra.
«No me voy a sorprender si hay miembros del Congreso que ven esta legislación y dicen ‘Bueno, creo que hay algunas cosas que deberemos retocar aquí, y si lo hacemos, podremos obtener más apoyos»’, dijo el secretario de prensa de la Casa Blanca, Josh Earnest. «Así que creo que es justo asumir que esto refleja un punto de partida en las conversaciones».
Obama sostiene que no necesita un nuevo permiso para combatir a los terroristas de Estado Islámico legalmente — y ha estado lanzando ataques aéreos contra ellos durante meses apoyándose en los permisos concedidos al presidente George W. Bush tras el 11 de septiembre. Pero los críticos dicen que el uso que el mandatario está hacienda de esos poderes está alargándose, y la Casa Blanca ha tomado una nueva postura con la que deja claro también que basarse en ellos no es el escenario ideal. Los funcionarios de Washington hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir las negociaciones oficialmente.
La Casa Blanca dice también ahora que si el Congreso aprueba una nueva autorización, Obama no se apoyará en la directiva aprobada en 2001 para dar legitimidad a su acción contra el grupo Estado Islámico y en su logar dependerá exclusivamente de los nuevos poderes. Un responsable explicó que el Congreso podría asegurar este punto añadiendo una limitación a su permiso y añadió que si no se hacía, pero aun así se aprobaba, Obama podría considerarlo su único fundamento para las acciones contra el grupo.
La propuesta de Obama incluye una limitación temporal de las acciones a un máximo de tres años, lo que requeriría que el próximo presidente tenga que volver al Congreso y pedir una renovación — si, como predice el mandatario, la lucha contra el grupo Estado islámico sigue en marcha entonces. También propone una prohibición a «operaciones de combate ofensivas perdurables» como un intento de reducir la división del Congreso sobre el papel de las tropas de tierra.
Obama dijo que el texto le daría capacidad para lanzar misiones de rescate, recopilar inteligencia y emplear fuerzas especiales en posibles acciones militares contra dirigentes del Estado islámico. «No es una autorización para otra guerra terrestre, como Afganistán o Irak», dijo Obama al anunciar la propuesta 11 de febrero.
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