En la ciudad brasileña de Piracicaba, ubicada al sureste del país, más de 100.000 mosquitos son liberados todos los días para buscar a sus compañeros. Pero estos no son mosquitos comunes.
Fueron diseñados genéticamente por la compañía británica Oxitec con el objetivo de que cada uno de ellos transmita un gen letal a sus descendientes, y así éstos no puedan llegar a una edad adulta.
En las recientes pruebas realizadas, esta técnica redujo la población de insectosa niveles mayores al 80%.
Ante la propagación del virus zika, que afecta principalmente a los países de América Latina, los expertos reconocen que esos mosquitos son necesarios como un nuevo método para reducir los contagios, ya que la utilización de insecticidas y la eliminación de agua estancada donde los mosquitos se reproducen no han sido suficientes.
«Después de 30 años de este tipo de lucha, hemos tenido más de dos millones de casos de dengue el año pasado en Brasil», aseguró el doctor Artur Timerman, un experto en enfermedades infecciosas de San Pablo.
«Nuevos enfoques son críticamente necesarios», remarcó, ante la aparición de estos mosquitos diseñados genéticamente.
Según consigna The New York Times, especialistas reconocen que llevará un tiempo encontrar resultados significativos. Mientras que una vacuna contra el zika es poco probable que esté disponible en el corto plazo de tiempo.
Ante este panorama, los expertos recomiendan, por ahora, emplear los métodos más antiguos para prevenir el contacto con estos insectos. Entre ellos, se destaca la utilización de repelentes y el uso de mangas largas.
Mientras tanto, las autoridades de las principales áreas infectadas, se encuentran brindando asesoramiento a mujeres embarazadas, cuyos bebés pueden sufrir serios daños.
El medio norteamericano indica que otro método que podría comenzar a ser utilizado es el poderoso pesticida DDT, que está prohibido en muchos países a causa de los daños ecológicos que puede generar.
El mosquito que transmite el virus zika -y también el dengue, el chikungunya y la fiebre amarilla- es el Aedes aegypti.
Se encuentra en zonas urbanas y su transmisión se produce por medio de la mordedura, por lo que es muy eficiente en la propagación de la enfermedad. Suele reproducirse en pequeños recipientes de agua, tales como macetas, latas y llantas que recogen el agua de lluvia.
Los mosquitos Aedes aegypti genéticamente modificados fueron desarrollados por la compañía británica Oxitec para combatir el dengue. Ahora, también trabajará para reducir la propagación del zika.
La compañía, que fue adquirida el año pasado por la firma norteamericana de biotecnología Intrexon, impulsó la creación del «amistoso Aedes aegypti». A través de este método se liberan sólo mosquitos machos, que no muerden. Los defensores sostienen que su solución es ecológica.
Los críticos, en tanto, se muestran preocupados por los efectos a largo plazode la liberación de organismos modificados genéticamente.
En 2014, una comisión brasileña que supervisa organismos genéticos declaró que los mosquitos Oxitec son seguros para su liberación en el medio ambiente.
Otro enfoque estudiado es infectar a los mosquitos con Wolbachia, una bacteria que no infecta de forma natural. Una vez infectados, los insectos no recogen y transmiten el virus con la misma facilidad.
Scott O´Neill, decano de Ciencia en la Universidad de Monash en Australia, sostuvo que se trata de «un método sostenible» una vez que son liberados al medio ambiente.
Ya hay pruebas en marcha en Indonesia y Vietnam para determinar si esta técnica puede reducir el número de personas que se contagian de dengue.
The New York Times menciona otra herramienta más potente a partir de las unidades de genes, que son los mecanismos genéticos que se propagan rápidamente en la población silvestre.
Anthony A. Hames, profesor de la Universidad de California, explicó que sería sencillo utilizar una unidad de genes para difundir algo así como un rasgo de esterilidad a través de la población de Aedes aegypti.
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