Mis huellas por la Junta Electoral del Distrito Nacional (2 de 6)

Por José Manuel Vargas González (Vargazo)

Tras conocer los resultados de las votaciones generales del 16 de mayo de 1990, así como el posicionamiento alcanzado por el Partido Revolucionario Independiente (PRI), un grupo de sus dirigentes y militantes coincidieron, no sólo en conversar alrededor de la situación presente (y perspectivas inmediatas) de la organización. Sino que, y también, maduraron un conjunto de ideas, todas ellas relacionadas con sugerencias de medidas alternativas futuras inmediatas; las cuales, estas últimas, decidieron hacer suyas. Y, además, optaron por hacerlas llegar como Propuestas Democratizadoras, tanto a la Dirección, así también a las bases priístas.

¿Y en que consistían esas propuestas?

En que la organización tenia que abocarse hacia la realización de básicas reformas. Hacer modificaciones profundas en su accionar, que le llevase al acercamiento con los sectores todos de la sociedad dominicana. Incluso, hasta a la apertura del dialogo con el Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Pues, sólo y único así, se podría lograr conformar una poderosa unidad de fuerzas políticas opositoras. Lo cual, último, sería la garantía de una victoria electoral en mayo 16 del 1994.

Juan Winston Arnaud Guzmán y Antonio Raful Tejada (“Tony”), altos directivos de la organización política, y cada uno por separado. Encabezan ese grupo de dirigentes y militantes. Y, ambos, decidieron desarrollar un trabajo en tal dirección, hacia lo interno.

Tales planteamientos se convirtieron en una tremenda bola redonda, que crecía cada día más, en la militancia priista.

Quien escribe, en esa ocasión, acompañare al licenciado Raful, en sus visitas a todos y cada uno de los comités zonales del distrito nacional, que para ese entonces llegaba hasta Boca Chica y Los Alcarrizos. Para sostener conversaciónes, con la dirigencia de los mismos.

Y me consta, que fueron visitas y conversaciones muy fructíferas u exitosas. Al grado tal el impacto, que alrededor de Tony Raful, y en tal propósito. Se nuclearon numerosos dirigentes y militantes zonales. Llegando incluso a conformar la denominada “CORRIENTE UNITARIA INSTITUCIONAL POR LA DEMOCRÁTIZACIÓN DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INDEPENDIENTE (CUIDE-PRI)»

Hubo ácidas resistencias, por parte de algunos cercanos colaboradores del -para entonces- Presidente del PRI, Licenciado Jacobo Majluta. Obstáculos encontrados, u enfrentados. Incluso, uno de ellos, llegó hasta el extremo del intentar indisponer al Lic. Majluta, con el Lic. Raful.

Y ante tal situación dada, no hubo otra alternativa que abandonar las filas del priismo. Y, optar por volver a la organización de la bandera del jacho prendío.

En abril de 1991, se produce el retorno hacia el PRD. Yo estaba entre los que regresábamos. Con recibimiento en un gran acto, realizado en el patio de la Casa Nacional, que está situada en la Avenida Bolívar, esquina con la calle Dr. Delgado, del sector Gascue. La palabra central de bienvenida, la pronunció el mismo Dr. José Francisco Peña Gómez.

Recibí una comunicación del doctor José Francisco Peña Gómez, con su firma, fechada 5 de abril de 1991, y en la cual expresaba lo siguiente: “Pláceme comunicarle que en sesión extraordinaria del Comité Ejecutivo Nacional, celebrada el 19 de diciembre del pasado año, y en reconocimiento a su labor política en la organización, se aprobó su designación como Miembro del Comité del Distrito Nacional».

Y agregaba: «Esta designación está amparada en los Poderes Extraordinarios que me fuere conferidos por la Convención Nacional de fecha 25 de febrero de 1990, y que deberá ser ratificado por la próxima Asamblea Nacional del Partido».

Y concluía así: «Su inclusión en el más alto organismo de dirección del Distrito Nacional es un justo reconocimiento a la labor cumplida por usted en favor de la reunificación del Partido Revolucionario Dominicano».

El 26 de noviembre de 1993, el entonces Director Electoral del Distrito Nacional, compañero Ramón Medina, envía una comunicación al Presidente y demás miembros de la Junta Electoral del Distrito Nacional. En la cual, le informa que «la Dirección Electoral del Distrito Nacional, del Partido Revolucionario Dominicano, ha decidido nombrar para su conocimiento, como Suplente de Delegado Político anta la Junta Electoral del Distrito, al señor José Manuel Vargas González, ced. No. 142918-1ra.».

Comunicación y designación, que son corregidas. Pues, existía ya un incumbente en esa posición, el doctor Luis María Vallejo.

Ahora, la nueva comunicación, firmada por el Director Nacional Electoral, señor Tirso Mejía Ricart, y dirigida a l Presidente y demás magistrados de la Junta Electoral del Distrito Nacional, dice así» por medio de la presente, tenemos a bien comunicarles que el Partido Revolucionario Dominicano , ha designado al señor José Manuel Vargas González, como asistente de la Dra. LUZ DEL ALBA THEVENIN, delegada política de nuestro Partido ante la Junta Electora del Distrito Nacional».

Evidentemente que, la primera comunicación, creo ronchas bien fuertes, en la doctora Luz del Alba, en «Nano» Espinal, en Vallejo. Incluso, hasta en el mismo Tirso.

Mas. Pienso que en ese momento, los tres primeros, pensarían que mi presencia allí, era para confrontarlos.

Y si lo pensaron, cuan errados estuvieron. Se debió a que no me conocían. Pues, nunca me he prestado – y ni me prestaré – para participar de zancadillas, truhanerías, y, ni jugarretas sucias.

El nombramiento, vendría a coincidir con el aperturado Segundo Proceso de Cambio de la Cedula Personal, que comenzó a implementar la Junta Central Electoral, a nivel nacional. Y que se inició en el mismo 1992.

Mi accionar político, a partir de ahí, sería en el organismo electoral local. Y, decidí integrarme al mismo.