La Serie del Caribe, que culminó su edición número, ha tenido en su historia personajes que implantaron marcas excepcionales, que en el béisbol contemporáneo sería impensable tan siquiera acercarse a tales registros.
Recientemente, David Concepción, ex pelotero de 19 temporadas en las mayores con la llamada Maquinaria Roja de los Rojos de Cincinnati, y cinco participaciones en la Serie del Caribe, dijo que el béisbol de ahora es “muy material”, haciendo obvia referencia al negocio que representa la pelota y los intereses económicos que este deporte implica.
Eran otras épocas cuando el clásico de Febrero, albergaba estrellas de primera línea y peloteros que participaban en cada justa caribeña, dejando numeritos que aun asombran a propios y extraños.
En el renglón ofensivo, el más emblemático de estas leyendas, es Luis Polonia, exaltado en la clase 2016 del Salón de la Fama del Béisbol del Caribe, en el que ingresó junto a Felipe Alou, Tony Peña y Gerónimo Berroa.
“La Hormiga Atómica” es dueño de la mayoría de los registros de bateadores del Caribe, un total ejemplo de entrega y consistencia. Polonia es el líder en juegos jugados con 78, veces al bate (.312), hits conectados 94, y coleccionó 19 dobles.
Tales hazañas, fueron logradas tras 13 presentaciones en la Serie del Caribe, lo cual fue posible gracias su permanente participación en el torneo local dominicano en donde, el de Santiago de los Caballeros jugó por espacio de 26 temporadas.
Miguel Tejada también es un “caballete” en lo que a bateo se refiere, 60 carreras anotadas, 151 bases alcanzadas, 47 remolques que engalanan su carrera peloteril.
Y por si fuera poco, “La Guagua” es el rey del jonrón en las contiendas del Caribe, durante su productiva estadía en el diamante caribeño, conectó un total de 15 batazos de vuelta entera. Convirtiéndose en uno de los records más difíciles de superar.
Los también quisqueyanos Manuel Mota y Miguel Diloné destacan con seis triples y 12 bases robadas respectivamente.
El picheo también tiene lo suyo.
Las limitaciones que imponen los equipos de grandes ligas a los peloteros profesionales, hacen que cada vez menos estrellas jueguen la llamada “pequeña Serie Mundial”. A nivel de lanzadores, el otrora lanzador cubano Camilo Pascuál ostenta la marca de más juegos completos de por vida, totalizando cinco en tres clásicos del Caribe, y adiciona a su barajita, registro perfecto de 6-0 en la contienda caribeña.
José Carrao Bracho de Venezuela y Rubén Gómez de Puerto Rico, son los monarcas de los innings, con 74.1 entradas lanzadas cada uno, guarismos impensables de destronar en está época de la Serie del Caribe.
En el renglón de los juegos salvados, Francisco Butto de Venezuela y Luis Ayala de México comparten el liderato con 8 rescates; Juan Bizarro de Puerto Rico sorprende con 62 abanicados en 56.1 entradas transitadas.
Los mejores en una serie.
En San Juan 1958, el lanzador Terín Pizarro de Puerto Rico, recetó 29 ponches, en 16.2 capítulos trabajados. En la serie de 1990 jugada en Miami, Barry Jones de Puerto Rico conectó cinco vuelacercas, empatando el record de Ricardo Carty de 1977.
Willard Brown (PR) en la serie jugada en La Habana en 1953, remolcó 13 carreras, marca que se mantiene intacta, pero fue igualada por Tony Batista de República Dominicana en la Serie del Caribe, 1997 jugada en Hermosillo.
Jesús Linares. Twitter: @jesuslinares2