Por Juan López
Los estrategas del releccionismo del PRM-Abinader, desde ya, se proponen implementar un conjunto de malabarismos políticos para enfrentar una eventual segunda vuelta electoral, en el 2024.
Han observado que los resultados que están arrojando las diferentes encuestas, la tendencia de la economía que apuntalan problemas sociales por la creciente inflación, las secuelas de la COVID-19 y los recientes acontecimientos internacionales unidos a los intereses de la geopolítica latinoamericana son claros indicadores de la fuerte barrera que obstaculizan la reelección en la primera vuelta.
En esos objetivos, las primeras estrategias la diseñaron para los gobiernos municipales, lo cual explicamos en la reflexión “Gobiernos municipales, ¿plataforma de la reelección?” que publicamos en este prestigioso periódico (5-12-21), la cual contiene esta afirmación:
“Para esos planes, el PRM-Abinader cuenta con más del 55 % de las autoridades municipales (alcaldes y regidores); de los 158 municipios, controlan 85 gobiernos locales y han desatado una agresiva gestión, preñada de “colaboraciones” para los ayuntamientos desde el Ministerio de Obras Públicas y la Liga Municipal Dominicana (LMD) y diferentes promesas a los fines de conquistar a varios alcaldes de los partidos de la oposición.”
“Independientemente de las frustrantes gestiones de la mayoría de los alcaldes del PRM, el éxito del proyecto reeleccionista lo están condicionando a la influencia y control que puedan implementar en la mayoría de los gobiernos locales y distritos municipales, para lo cual diseñaron su estrategia de apoyo económico, colaboraciones y supuesta materialización de proyectos que son aspiraciones-metas de la municipalidad dominicana.”
También dejaron ver sus espurias intenciones, “las pantaletas y refajos” mediante los subterfugios que están esgrimiendo para modificar la actual Constitución. Así lo planteamos en la reflexión ”Reflexión sobre dos impertinencias políticas” que también publicamos en este medio de comunicación (23-1-22):
“En el transcurso de la pasada semana, fuimos testigos de dos impertinencias políticas de prominentes dirigentes del PRM: 1. Gestionar la reducción del 50+1 de los votos para ganar la presidencia en la primera vuelta…” consignado en el Art. 209, inciso No. 1, de la Constitución.
“Realmente, en la actual coyuntura política ¿qué hay detrás de gestionar la modificación de la Constitución para rebajar el 50+1 a un 45 %? ¿A quién se le pretende confeccionar un traje electoral a la medida? O será que ¿esa imprudencia política es porque se vislumbran insuficiencias de números para el proyecto reeleccionista? ¡Hablemos claro!”
Por igual, en la supuesta pretensión de “blindar la independencia del Ministerio Público” y “tirando patadas de ahogados”, recurren a otro infeliz argumento para justificar la modificación de la Constitución: “Unificar las elecciones municipales con las elecciones presidenciales y congresuales”.
Todos estos impertinentes propósitos, real y efectivamente, son simples mamparas con las que se proponen escamotear las verdaderas intenciones que son las de crean condiciones apropiadas para modificar la Constitución y de esa manera conseguir su principal objetivo: reducir el 50+1, constitucionalmente, imprescindible para la elección presidencial en la primera vuelta, ya que el PRM-Abinader le huyen a una segunda vuelta “como el diablo a la cruz”.
Por suerte, ”en oportunas respuestas a esos desaguisados objetivos también se pronunció la totalidad de los partidos de oposición y varias organizaciones de la sociedad civil… por lo cual consideramos que, por ahora, “se mató ese gallo en la funda”.
El liderazgo de la oposición, en especial los peledeistas y pueblistas, tienen la responsabilidad moral y política de bloquear en el Congreso Nacional los aviesos malabarismos que los estrategas reelecionistas se proponen realizar para evitar una segunda vuelta, porque en ese eventual escenario ¡Se van!.
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