“Si vives en Benín (Nigeria), ves a muchas niñas que regresan de España con mucho dinero. Nos contaban que tenían sexo de vez en cuando”.
Destiny, una joven nigeriana que fue traficada a España a los 19 años, sabía que estaría involucrada en el mercado del sexo pero nunca se imaginó que sería una esclava sexual.
“No somos estúpidas pero no sabía que me golpearían y violarían, y que tendría que tener sexo todas las noches de la semana”, le dijo a la BBC.
Destiny había caído en manos de la Confraternidad Suprema Eiye (SEC, por sus siglas en inglés), conocida también como “Los señores del aire”, una organización criminal con base en Nigeria y tentáculos en varios continentes.
Eiye en Yoruba, el idioma principal del suroeste de Nigeria, significa “ave”. El emblema del grupo es un águila y cada ciudad donde hay miembros se denomina un “nido”. El “nido madre” se encuentra en Ibadán, una localidad situada a 100 kilómetros al noreste de la capital, Lagos.
La red es tan grande que los arrestados pronto serán reemplazados por otros traficantes.
Operan en múltiples ciudades de Europa, África, Norteamérica, Sudamérica, Medio Oriente y Asia.
Trafican con seres humanos y narcóticos, con una compleja red de prostitución establecida en Barcelona, España.
Tienen la capacidad de falsificar pasaportes, mover grandes sumas de dinero sin ser detectados y convocar conferencias de sus miembros internacionales en ciudades como Ginebra, Suiza.
En noviembre de 2015, la BBC participó en una redada de la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, que concluyó con el arresto de 23 sospechosos.
El corresponsal de la BBC Sam Piranty también habló con traficantes y mujeres rescatadas de la esclavitud sexual y descubrió que la organización ahora utiliza a Londres como puerta de entrada hacia Europa.
Orígenes
La SEC tuvo su inicio en la Universidad de Ibanán, en los años 70. Su intención original era hacer una contribución positiva a la sociedad.
Con el tiempo, sin embargo, muchos de sus miembros se descarriaron, participando en hechos violentos en Nigeria y vinculándose al crimen internacional.
La organización trafica con seres humanos y drogas.
La policía catalana tuvo noticias de la organización por primera vez en 2011, durante una investigación de documentos falsos, le explicó a la BBC Xavi Cortés, jefe de la unidad antitráfico.
Pronto se percató de que se trataba de una inmensa red que traficaba mujeres y drogas (cocaína y marihuana).
También falsifican pasaportes y han facilitado el transporte de petróleo robado hacia Europa.
“Son capaces de generar dinero de muchas formas pero nosotros estamos concentrados en el tráfico humano y las víctimas”, dijo Cortés.
Los “Señores del Aire” también falsifican pasaportes para facilitar el traslado de sus víctimas.
La redada de los Mossos d’Esquadra tuvo un año y medio de planeación, con el monitoreo de más de un millón de llamadas, interceptación de decenas de teléfonos móviles y meses de vigilancia.
A través de las interceptaciones supieron que el 7 de julio de 2015, unos 400 miembros de la SEC se reunieron en Ginebra, Suiza, para un gran congreso.
Fue una muestra audaz de arrogancia.
En una ciudad que alberga muchas de las oficinas centrales de las instituciones internacionales, incluyendo varias agencias de la ONU, una organización criminal global sostuvo su propia reunión paralela y nadie hizo nada al respecto.
Reclutamiento y traslado
La BBC viajó a Benín, en Nigeria, un foco del tráfico humano, para observar cómo opera esta banda criminal.
Tras una larga negociación, nuestros reporteros lograron conversar con uno de sus miembros, cuya labor es encontrar y reclutar a mujeres jóvenes.
Como muchos migrantes, las mujeres deben atravesar el desierto del Sahara.
Explicó que entran en contacto con las mujeres directamente o a través de sus familias, ofreciéndoles trabajos inexistentes en el exterior, como empleadas de supermercado o limpiadoras.
Sin embargo, no todas las reclutadas son engañadas. Muchas mujeres se acercan a ellos voluntariamente, sabiendo perfectamente que estarán trabajando de prostitutas en Europa.
Algunos padres, conscientes de esto, también entran en contacto con los pandilleros para ofrecer a sus hijas.
Las ONGs en Benín dicen que ahora los reclutadores buscan niñas fuera de las ciudades principales que no hayan escuchado las advertencias sobre la realidad de la vida para las mujeres traficadas.
Una vez reclutadas, las jovencitas son llevadas a Lagos o al norte de Nigeria, donde son entregadas a hombres conocidos como “coyotes”.
El viaje a Europa es peligroso.
Las interceptaciones de la policía catalana revelan cómo los coyotes que transportan a las mujeres son detenidos por grupos armados, en el desierto de Níger o en el sur de Libia, que les exigen miles de euros para pasar.
Varios menores fueron liberados durante las redadas de la policía catalana.
“En una llamada de un coyote a SEC este decía: ‘Me han apuntado una pistola a la cabeza y quieren dinero’”, explicó el comandante Cortés.
Sarah, otra mujer que fue traficada a España en 2013 a la edad de 21 años, relató la travesía al corresponsal de la BBC Sam Piranty.
“El viaje tomó semanas”, contó. “Una de las chicas no dejaba de pedir agua. A los hombres no les gustó y la arrojaron en el desierto de Libia. Allí la dejaron y continuaron el viaje. Le dijeron a su jefe por teléfono que la habían matado unos terroristas. No éramos seres humanos. Éramos animales”.
Cambio de ruta
Después de cruzar el desierto, las mujeres eran entregadas a guardianes que frecuentemente las violaban, antes de hacer el cruce hacia Europa.
“Cuando llegamos a Libia nos pusieron en una casa”, le dijo Sarah a nuestro corresponsal.
“Allí fue cuando supe que no estaríamos trabajando en un supermercado. Un hombre que nos custodiaba tenía sexo con nosotras, nos violaba. Quedé embarazada”.
La organización mueve dinero con un sistema basado en la confianza mutua y que deja muy poco rastro.
Muchos guardianes embarazan a las mujeres antes de cruzar a España porque así corren menos riesgo de ser deportadas.
Los hombres también utilizan a los bebés para chantajear y mantener a las mujeres bajo su control.
Según las llamadas interferidas, hace dos años, los coyotes informaron que Libia se había vuelto muy peligroso, así que las mujeres fueron llevadas a Grecia, a través de Yemen, Irán y Turquía.
Pero, actualmente, como el Mediterráneo está más vigilado y el cruce se hace más difícil, los traficantes de SEC han optado por utilizar cada vez más los aeropuertos en Reino Unido.
“Eso es más costoso para el grupo”, explica Cortés.
Esta red opera en múltiples ciudades de Europa, África, Norteamérica, Sudamérica, Medio Oriente y Asia.
“Usan pasaportes de Nigeria falsificados para entrar por lugares como el aeropuerto de Gatwick (en Londres). El idioma también es más fácil para ellos. Estos documentos son caros y necesitan contactos de empleados gubernamentales para conseguirlos”, señala el jefe de la unidad antitráfico.
Dinero por libertad
La mayoría de las mujeres que llegan hasta Europa viven en apartamentos con otras jóvenes y una madama, casi siempre una mujer que ha sido traficada y que ha logrado pagar su deuda.
La jóvenes llegan sabiendo quedeben generar una suma específica, entre los 30.000 y 60.000 euros (US$32.000 – US$65.000), antes de ser liberadas.
Hay dos tipos de madamas. Unas de menor estatus que rondan las calles -muchas veces en la Rambla, el centro turístico de Barcelona- controlando a las chicas con textos y llamadas.
La Rambla Image caption Muchas de las mujeres rondan la Rambla, el centro turístico de Barcelona.
A las mujeres se les impone una meta de 500 euros (unos US$550) la noche para no tener problemas con la madama.
Pero los clientes, en su mayoría turistas, pueden pagar no más de 20 euros por tener sexo, así que lograr esa cantidad es casi imposible.
Después de una noche de trabajo, las chicas regresan a casa y dividen sus ingresos en tres.
Una parte es para pagar el arriendo, otra para la comida y la tercera va a la SEC.
Si no ganan lo suficiente o rehúsan trabajar, las madamas las golpean.
Las madamas de más alto estatus recaudan el dinero de sus subordinadas para pasarlo a los líderes locales de la SEC, llamados “ibakkas”.
Son siempre hombres y manejan toda la operación. Facilitan los pagos a través del sistema “hawala”, una forma de transferencia de efectivo basada en la confianza y que deja pocos rastros.
Amenazas
Los “ibakkas” se aseguran de que si una de las chicas no cumple, sus familias sean amenazadas.
Se sabe de familiares que han sido secuestrados y “desaparecidos” cuando las jóvenes rehúsan pagar a sus madamas.
El comandante de los Mossos d’Esquadra, Xavi Cortés, dice que su unidad está concentrada en el tráfico humano y en las víctimas.
Unos días después de la redada, el comandante Xavi Cortés se siente satisfecho por lo conseguido.
Han incautado grandes cantidades de celulares, computadoras, pasaportes y otros documentos falsos.
No obstante, deja escapar una muestra de frustración.
“El tamaño de la red significa que los arrestados serán reemplazados”, reconoció.
La investigación de la policía catalana duró un año y medio.
Por las llamadas interferidas, se sabe que uno de los principales coordinadores de la organización en Europa está buscando reestructurar al grupo.
Ese “ibakka”, basado en Londres, buscaba coordinar a sus 95 homólogos europeos para una reunión.
Este tipo de organización simplemente no puede ser atacada localmente, señala el corresponsal de la BBC Sam Piranty.
Es una red transnacional que requiere una respuesta global de la policía.
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