Los Mavericks con más preguntas que respuestas

DALLAS — Los Mavericks se desfondaron por completo en el último periodo, quizá desde antes, y este martes por la noche regresan a Dallas entre la espada y la pared. Los Houston Rockets vencieron a los Mavericks 111-99 para ponerse 2-0 arriba en la serie que continuará el viernes por la noche.

El partido de este martes fue un microcosmos de la temporada de los Mavericks, en particular del 2015.

Parecería que a los Mavericks es imposible que les alcance el «combustible» para jugar cuatro periodos. Igual como sucedió en el Juego 1, esta noche los Rockets tomaron el mando por completo en el último cuarto.

Los Mavericks parecían ser ya inofensivos por completo y quizá hasta faltos de esfuerzos de varios en la duela.

El «experimiento Rajon Rondo» está terminando de la peor manera. Se metió en problemas de faltas desde temprano en el partido en el que sólo jugó 33 minutos. Para el tercer periodo ya tenía cuatro, cuando el entrenador de los Mavericks, Rick Carlisle, decidió sacarlo para el resto del juego. «Salió por decisión del entrenador», dijo de manera enfática Carlisle, al termino del encuentro. Tal vez de no ser por José Juan Barea, quien tuvo que tomar el control del encuentro para los Mavericks como armador, la noche hubiera terminado aún de peor manera.

Barea jugó 34 minutos, su máxima cifra en la postemporada, y anotó 13 puntos.

A pocos deberá extrañar que Barea esté desde el arranque en el tercer juego de la serie el viernes en Dallas, si se considera que Carlisle además prefirió jugar también con Raymond Felton que con Rondo, quien anotó cuatro puntos y marcó una asistencia. Felton sólo jugó en 29 partidos de la temporada con los Mavericks. Este martes en 18 minutos anotó 13 puntos.

Y no es que Rondo sea el culpable de todos los males para un equipo que perdió 19-30 el periodo final. Los Mavericks fallaron como conjunto. Cuando un equipo, como Dallas el martes por la noche, acepta 15 canastas clavadas significa que fueron dominados física y mentalmente.

Hubo un momento en el cuarto final que los Mavericks habían anotado cuatro de 14 disparos. Los Rockets tampoco estuvieron finos en sus disparos de campo y gracias a eso los Mavericks llegaron al tercer periodo con un marcador competitivo.

Al final, los Rockets atinaron un 44 por ciento de sus disparos y entregaron 11 balones, a diferencia del rival, que se repuso de un sábado por la noche de 17 bolas regaladas a sólo ocho de su rival. Carlisle dijo que los Mavs habían perdido como equipo y quiso restar algo de culpa a Rondo. Y así fue.

Monta Ellis, el líder anotador de los Mavericks en la temporada, anotó 24 puntos, pero requirió 23 disparos para lograrlo. Se fue ocho de 23 desde la duela.

Dirk Nowitzki, quien por momentos pareció otra vez más dispuesto a reclamar a rivales y compañeros que a concentrarse en el juego, logró un doble-doble, aunque muy bajo para sus estándares; 10 puntos y 13 rebotes con sólo tres encestes en 14 disparos al aro.

Tyson Chandler fue uno de los principales culpables de que los Rockets se adornarán con 15 clavadas. Estuvo en mala posición para defender buena parte del partido.

Las ausencias de Devin Harris y Chandler Parsons tampoco ayudaron para su causa; combinado con que Amar’e Stoudemire fue un jugador tímido sobre la duela que sólo disparó tres veces al aro por igual número de rebotes. En cambio, los jugadores que se supone deben responder y protagonizar la noche para los Rockets, lo hicieron.

James Harden sumó 24 puntos, cinco rebotes y seis asistencias. Quizá más importante fue la presencia que desquisió a Rondo rápido en el juego e hizo las canastas en los momentos importantes.

Dwight Howard pareció imparable, en especial en la segunda mitad. Terminó con 28 puntos y 12 rebotes.

Josh Smith consiguió 13 de sus 15 puntos en la segunda mitad y sus nueve asistencias fueron el motor en su mayoría para Howard.

Por segundo partido consecutivo, Corey Brewer anotó 15 puntos. Fue el jugador campeón con los Mavericks del 2011, quien dijo que había sido intercambiado por «un costal de papas».

La serie se traslada a Dallas este viernes y para los Mavericks ya será remar contra la corriente. Tampoco es que estén desahuciados, ya que la última vez que estuvieron 2-0 abajo frente a los Rockets fueron capaces de remontar y avanzar; en el 2005.

Sin embargo, la actitud, el esfuerzo y la mentalidad que mostraron al final del segundo juego de la serie parece enseñar que la situación está más difícil que nunca.

Habrá que ver en qué termina la «novela Rondo», luego de que el supuesto guardia súper estrella que llegó a Dallas el 18 de diciembre se fue sin decir palabra del vestidor de los Mavericks en Houston.

Los Rockets tienen marca en postemporada de 4-2 cuando están al frente 2-0 en una serie a ganar cuatro de siete partidos.

Las dos veces anteriores que estuvieron en esa posición fueron eliminados. El récord de Dallas en situación de 0-2 en serie a máximo de siete juegos es de 1-8. Pero tal vez lo peor es que esta vez lucen poco como para pensar en la remontada.

La historia reciente tampoco ayuda mucho a la causa de Dallas. Los Rockets tuvieron récord de 26-15 como visitantes esta campaña; los Mavericks un regular 27-14 como locales.

«Fue físico y duro», dijo Barea. «Pero es la mejor competencia del mundo. Batallamos con ellos. Sólo tenemos que ajustar y jugar mejor defensa». «Si nuestra defensa mejora», agregó, «tendremos mejores disparos nosotros».

Por Carlos A. Nava

 

 

Bienvenido Carmona JR

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