Por Alejandro Santos
La sociedad dominicana llena de inequidades socioeconómicas arrastra dentro de si grandes contradicciones inherentes a este tipo de sociedad heterogénea, donde prevalece una minoría con una alta concentración de ingresos y recursos , por otra lado una amplia población viviendo en condiciones de pobreza y pobreza extrema.
La inequidad inherente se expresa de diversas maneras , y genera en consecuencia múltiples efectos sociales que también se expresan con el auge de manifestaciones de diversos actos de delincuencias.
Estas comprobado mediante estudios avalados , que en sociedades con un sistema más homogéneo que ofrece más oportunidades de trabajos y más altos niveles de educación asimismo más bajos son los índices de delincuencias.
Significa que este es el mejor procedimiento para evitar el apogeo de la delincuencia común en las calles y en las zonas públicas, de ahí que no signifique un alto riesgo transitar por las calles, asistir a los parques o estar en sus casas.
En nuestro país se está llegando a punto de convertirse la delincuencia en una realidad “endémica”, que se expande y multiplica por todo la largo y ancho del territorio nacional.
La existencia de estructuras organizadas que se dedican a planificar y ejecutar los más diversos y variados actos de robos, asaltos, asesinatos, sicariatos etc. confirma como se ha ido enraizando la existencia de una delincuencia endémica , que tiene a su vez la influencia de otras culturas especializadas y con vastas experiencias en estas acciones.
La delincuencia se ha ido tornando mucho mas compleja, tanto en su origen y procedencia, como en las múltiples formas que adopta para multiplicarse, y se hace en consecuencia mas difícil de enfrentar por las nuevas incidencia culturales y nuevos valores que se fomentan desde otros ámbitos de la postmodernidad y la música.
Además de las condiciones socioeconómica desiguales y la influencia cultural que propicia la delincuencia , el auge del negocio y el consumo de las drogas, ha convertido nuestro país en un punto de trasiego y un mercado que se expande meteóricamente.
Hoy en día enfrentar la delincuencia también se ha hace mas compleja , porque el sistema dominicano de justicia debe ser dotado de mas herramientas para determinar los culpables y poder sancionar con mayor fortaleza los hechos delictivos.
Las leyes y los códigos son letras muertas sin no existen en la realidad una estructura fuerte y con capacidad de dar respuesta en base a las reglas que impone la sociedad de hoy que promueve la libertad y el respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos, es tener mecanismos sofisticados con capacidad de atrapar certeramente a los que actúan en contra de otras personas o sus bienes , es tener organismos fuertes y técnicamente capaces.
La policía como parte de esta estructura debe ser especializada en toda la geografía nacional para perseguir la delincuencia, esto significa capacidad de investigación para localizar, perseguir y construir pruebas irrefutables de culpabilidad de los que comenten actos delictivos.
El vacío de capacidad de respuesta al mismo nivel que impone el auge de la delincuencia, hace que se tomen medidas aisladas, temporales e ineficientes, ya llegó el tiempo de actuar con mayor contundencia en crear las condiciones propicias para enfrentar la delincuencia desde la eficacia organizativa del Estado Dominicano.
Muchos se ha habla y se propone, tanto así que todos nos consideramos ya casi experto , pero lo que realmente molesta y llena de impotencia es cuando se sabe que alguien cometió un acto de delincuencia y porque no “existen pruebas” lo vemos andando sueltos cometiendo más y mas actos , y esto se repite indefinidamente.
El cansancio llega a todas partes , y si llegamos a la instauración del que se “salve quien pueda” la sociedad dominicana estará tocando la puerta de no retorno hacia el caos total .
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