Francia ha vivido la noche del jueves el séptimo atentado terrorista en dos años, desde que el 7 de enero de 2015 la revista satírica Charlie Hebdo fuera atacada y dejara un balance de 12 muertos.
Un francés de 39 años, identificado como Karim C apodado ‘el belga’, atacaba un furgón policial estacionado en los Campos Elíseos de París poco antes de las 21,00 horas del jueves. Llegaba a bordo de un vehículo y, tras apearse del mismo, abría fuego contra los agentes, matando a uno. Mientras huía, disparó e hirió a otros dos agentes y una turista alemana antes de que fuera abatido por las fuerzas de seguridad.
Este ataque, ejecutado tres días antes de las elecciones a la Presidencia de la República que se celebran el domingo, supone el séptimo atentado que padecen los franceses desde enero de 2015 y que suman en total más de 230 muertos.
Desde el ataque en la noche del 13 de noviembre, cuando morían 130 personas y más de 400 resultaban heridas, Francia vive en estado de emergencia. La seguridad se reforzaba durante la campaña electoral con un despliegue de 50.000 agentes policiales y militares que, sin embargo, no han podido evitar el suceso del jueves.
DOS AÑOS EN ESTADO DE EMERGENCIA
El 7 de enero de 2015, la capital francesa vivía uno de los atentados que más permanecen en la memoria de los demócratas del mundo, el ataque a la revista satírica Charlie Hebdo en la que fallecieron 12 personas. Dos encapuchados entraban en la redacción, armados con Kalasnikov, y disparando de manera indiscriminada contra el personal. Los hermanos Kouachi fueron los autores de la masacre y morían abatidos tres días después, tras atrincherarse en una imprenta.
En medio de la conmoción que vivía París, dos días más tarde, el 9 de enero, Ammedy Coulibaly mataba a cuatro personas en un ataque a un supermercado Kosher. Posteriormente se conocía que Coulibaly estaba coordinado con los hermanos Kouachi y habían sido entrenados en organizaciones terroristas vinculadas a Estado Islámico.
Fue el 13 de noviembre de 2015 cuando, de nuevo París, se convertía en el escenario del mayor atentado que ha sacudido Francia hasta la fecha. El presidente François Hollande decía tras los ataques que el país estaba «en guerra» y desde entonces vive en estado de máxima alerta. Seis ataques coordinados dejaron un total de 137 muertos y 415 heridos.
En el Distrito XI de París se producía un tiroteo en la sala de fiestas ‘Bataclan’. Esta vez era una sala de fiestas, una noche de alegría y dispersión que acabó bañada de sangre y horror. Noventa rehenes fueron asesinados y cuatro de los atacantes murieron.
La noche negra del 13 de noviembre comenzaba a las 21,20 con un tiroteo en el restaurante ‘Le Petit Cambodge (La Pequeña Camboya) en la calle Bichat y que se saldó con cuatro muertos.
Los atacantes abrían fuego también sobre las personas del exterior de un bar cerca de Canal Saint-Martin y donde fueron asesinadas 11 personas.
En la terraza de la pizzería de La Casa Nostra, que algunos medios refieren como el bar À la Bonne Biere, ubicada en la Fontaine-Au-Roi, un atacante con una automática dejaba cinco cadáveres tras su ataque.
A las 21,50, en el bar Belle Équipe también del Distrito XI morían 18 personas víctimas de la barbarie terrorista de esa noche. Cinco minutos después, en el bulevar Voltaire, en otro restaurante ,’Le Comptoir Voltaire’, un terrorista suicida hacía explotar su carga explosiva y moría sin dejar esta vez ninguna otra víctima aparte de sí mismo.
El saldo de esa noche negra fue de 137 fallecidos, de los que 90 murieron en el ataque a Bataclán, 19 en el cruce de la calle Faidherbe y Charonne, donde el bar Belle Èquipe, 14 murieron en el restaurante La Pequeña Camboya y en el bar Le Carillon. Cinco personas fallecieron cerca del McDonald*s de la calle FAbourg du temple y de la calle Fontaine-au-Roi. Cuatro víctimas más en las proximidades del Estadio de Francia y siete de los muertos fueron terroristas.
El 13 de noviembre dejaba además 415 heridos, de los cuales, 42 de ellos estaban en estado muy grave.
Los brutales atentados indiscriminados de noviembre de 2015 fueron llevados a cabo por miembros de Estado Islámico, que reivindicó la masacre a través de un comunicado. Cinco de los atacantes eran de nacionalidad francesa, un sirio, dos belgas, uno de nacionalidad desconocida.
ATROPELLO EN NIZA
Desde esa noche de noviembre, el presidente Hollande declaraba el estado de emergencia y la máxima alerta. Sin embargo, aumentar la seguridad no pudo evitar otra noche de fiesta que acabó en tragedia. Esta vez era en Niza el 14 de julio.
Antes de la masacre de Niza, el 13 de junio de 2016, apuñalan a un policía y a su mujer. Pocos días más tarde, el 26 de junio de 2015 se producía un ataque a una empresa gasística en Saint-Quentin-Fallavier en la región de Roine-Alpes.
Un coche entró en la fábrica y una vez dentro hizo explosionar varios cilindros de gas. El ministro de Interior, Bernard Cazeneuve, identificaba al autor como Yassin Salhi, un repartidor de 35 años. La mañana del ataque estrangulaba a su jefe, con quien había discutido días antes, y se dirigió con el cadáver a la planta de gas donde dejó su cabeza clavada en las verjas exteriores.
Su intención era volar la planta entera pero la rápida intervención de los bomberos consiguió evitarlo. Fue detenido y se suicidó en prisión en 22 de diciembre de ese año.
Poco después de este atentado, en el día de la Fiesta Nacional francesa, el 14 de julio, un residente tunecino en Francia, Mohamed Lahouaiej Bouhel, arremetió con un camión de 19 toneladas contra la multitud que se congregaba en el paseo de los Ingleses para presenciar los fuegos artificiales para conmemorar la Toma de La Bastilla y el inicio de la Revolución francesa.
El ataque terminó cuando el terrorista era abatido por la Policía y dejaba un reguero de muertos y heridos en el camino. 85 personas morían y 303 resultaban heridas. El terrorista había conseguido recorrer dos kilómetros atropellando todo a su paso, dando volantazos a derecha e izquierda para provocar el mayor número de víctimas. Este método fue después ‘copiado’ en el atentado contra un mercado navideño en Berlín y en el de Londres del 24 de marzo de 2017 frente al Parlamento de Westminster .
Estado Islámico reivindicaba la masacre y el estado de emergencia, que iba a terminar tras el Tour de Francia el 26 de julio, se ha mantenido hasta el momento actual.
LA RECTA FINAL DE LA CAMPAÑA
El tiroteo en los Campos Elíseos de París en la noche del jueves es el último de los ataques que ha padecido Francia en dos años.
Los investigadores han encontrado un fusil de calibre 12 milímetros, dos grandes cuchillos y un ejemplar del Corán en el coche del autor del atentado de este jueves en los Campos Elíseos, según fuentes judiciales citadas por la cadena France Info.
El sospechoso, al que se ha identificado como el ciudadano francés Karim C. de 39 años y responsable de otros ataques contra policías, llegó poco antes de las 21.00 horas a los Campos Elíseos a bordo de un vehículo y, tras bajar del mismo, abrió fuego contra un coche patrulla, matando a un agente.
A continuación, mientras huía, disparó e hirió a otros dos agentes y una turista alemana antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad. Uno de los dos agentes heridos ya ha sido dado de alta, mientras que la turista alemana va a ser intervenida.
Su identificación fue posible gracias al carné que llevaba consigo como propietario del vehículo. Tras ello, se llevó a cabo un registro en una vivienda en Chelles, en Sena y Marne, donde residía. Aquí, según ‘Le Parisien’, los investigadores encontraron «elementos de radicalización», entre ellos material salafista.
De acuerdo con el diario Le Parisien, el sospechoso había sido detenido el pasado 23 de febrero por haber expresado su intención de matar a policías, pero, a falta de pruebas suficientes, fue puesto en libertad apenas 24 horas después.
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