París.-— La policía buscaba el jueves a dos hombres fuertemente armados, uno con una condena por terrorismo y antecedentes en redes yihadis, por el metódico asesinato de 12 personas en la sede de un semanario satírico que caricaturizó al profeta Mahoma. El primer ministro anunció que se habían realizado varias detenciones durante la noche y que la posibilidad de un nuevo ataque «es nuestra principal preocupación».
La tensión era alta en París mientras Francia inició un día de luto nacional. El máximo responsable de seguridad del país abandonó una reunión de alto nivel después de solo 10 minutos para dirigirse al escenario de una balacera en el extremo sur de la ciudad en el que una policía, que respondía a un accidente de tránsito, falleció a consecuencia de las heridas. El tirador, que se dio a la fuga, alcanzó también a un barrendero.
No estuvo claro de inmediato si ese tiroteo estaba relacionado con el ataque el día anterior a la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, donde también fallecieron dos policías.
El primer ministro francés, Manuel Valls, dijo que los dos sospechosos del ataque a la revista eran conocidos de los servicios de inteligencia y que el temor a que pudiesen llevar a cabo otro ataque «es nuestra principal preocupación». Valls dijo a la emisora de radio RTL que se habían realizado varias detenciones durante la noche; siete según una fuente de seguridad que habló bajo condición de anonimato porque la investigación estaba en marcha.
Valls dijo que los sospechosos podrían haber sido seguidos por los servicios de inteligencia, pero «el riesgo cero no existe».
Hay mucho temor en Francia y en otras partes de Europa de que los yihadis entrenados en la guerra puedan protagonizar ataques en casa. El francés sospechoso de un ataque letal contra un museo judío en Bélgica había regresado tras luchar con extremistas en Siria, y el hombre que en 2012 mató a tres soldados y cuatro civiles en una escuela judía en Toulouse recibió formación paramilitar en Pakistán.
«Francia ha sido golpeada directamente en el corazón de su capital, en un lugar donde el espíritu de libertad — y por tanto de resistencia — respira libremente «, dijo el presidente François Hollande el jueves. El ataque tuvo lugar casi a medio camino entre la Bastilla y la enorme plaza de la República.
Uno de los sospechosos del asalto a Charlie Hebdo, Cherif Kuachi, tiene antecedentes por canalizar combatientes yihadis para la insurgencia iraquí y fue sentenciado por cargos de terrorismo en 2008. Él y su hermano, Said, deberían ser considerados «armados y peligrosos», dijo la policía francesa en un informe a primera hora del jueves, haciendo un llamado a testigos después de una infructuosa búsqueda en la ciudad de Reims, en la región de Champaña.
Un tercer hombre, Murad Hamyd, de años 18, se entregó en una comisaría de una pequeña localidad de la región tras saber que su nombre estaba siendo vinculado a los ataques en medios de comunicación y redes sociales, dijo la portavoz de la fiscalía de París, Agnes Thibault-Lecuivre. No ofreció detalles sobre la relación de Hamyd con los hermanos Kuachi.
Francia elevó su nivel de alerta al máximo —alerta de ataque— y reforzó la seguridad con más de 800 soldados adicionales para resguardar oficinas de medios de comunicación, centros de oración, de transporte y otras áreas sensibles. Está previsto que todo el país guarde un minuto de silencio a mediodía.
Un testigo del ataque del miércoles dijo que los atacantes fueron tan metódicos que en un principio pensó que eran miembros de las fuerzas de élite antiterroristas de Francia. Entonces los agresores dispararon a un agente.
Hombres encapuchados vestidos de negro y armados con rifles de asalto irrumpieron a mediodía del miércoles en las céntricas oficinas del semanario francés que ya había recibido críticas y una serie de amenazas — fue atacada con bombas incendiarias en 2011 — por su representación del islam, aunque también satirizó otras religiones y figuras políticas.
El personal estaba en una reunión editorial y los atacantes se dirigieron directamente al director de la publicación, Stephane Charbonnier —ampliamente conocido por su seudónimo de Charb— a quien mataron primero junto con su guardaespaldas policial, dijo Christophe Crepin, portavoz del sindicato policial.
Gritando «¡Allahu akbar!» (Dios es grande) mientras disparaban, los hombres emplearon un francés fluido y sin acento para nombrando específicamente a los empleados.
Ocho periodistas, dos policías, un empleado de mantenimiento y un visitante murieron, informó el fiscal François Molins. Agregó que hay 11 personas heridas, cuatro de ellas de gravedad.
Los dos pistoleros se dirigieron después con tranquilidad a un auto negro que los esperaba abajo, y uno de ellos disparó fríamente en la cabeza a un policía herido mientras se retorcía en el suelo, según un video y el testimonio de un hombre que observó lo sucedido desde su casa al otro lado de la calle.
«Sabían exactamente lo que tenían que hacer y dónde tenían que disparar. Mientras uno seguía vigilando y comprobando que el tránsito era bueno para ellos, el otro daba el tiro de gracia final», dijo el testigo, que rechazó ser identificado por su nombre por temores sobre su seguridad.
«¡Hey! ¡Vengamos al profeta Mahoma! Matamos a Charlie Hebdo», gritó uno de los hombres en francés, según un video captado desde un edificio cercano.
Un agente de policía, hablando bajo condición de anonimato porque la investigación sigue en marcha, dijo que los sospechosos tienen nexos con una red terrorista yemení. Cedric Le Bechec, un testigo que se encontró con los atacantes, dijo que al huir uno de ellos declaró: «Pueden decir a la prensa que es al-Qaida en Yemen».
Después de huir, los atacantes chocaron con un vehículo, y luego secuestraron otro coche antes de desaparecer a plena luz del día, indicó Molins.
Los otros fallecidos fueron identificados como los caricaturistas Georges Wolinski y Berbard Verlhac, conocido como Tignous; y Jean Cabut, conocido como Cabu. También falleció el economista y colaborador del semanario, Bernard Marism, habitual de la radio francesa.
Una caricatura publicada esta semana bajo el título «Aún no hay ataques en Francia» mostraba a un yihadista que decía: «Tan sólo esperen… tenemos hasta fines de enero para presentar nuestros deseos de Año Nuevo». Charb fue el autor.
Le Bechec, el testigo que se encontró con los pistoleros en otra parte de París, describió en su página de Facebook cómo vio a dos hombres «salir de un coche acribillado a balazos con un lanzacohetes en la mano, echaron a una persona mayor y con calma saludaron al público diciendo: ‘Pueden decir a la prensa que es al-Qaida en Yemen»’.
En un sombrío mensaje a la nación el miércoles por la noche, el presidente de Francia, François Hollande, prometió atrapar a los asesinos e hizo un llamado a sus compatriotas para que se unan en tiempos de inseguridad y sospechas.
«Unámonos y ganaremos», declaró. «¡Viva Francia!»
Miles de personas se congregaron el miércoles por la noche en la Plaza de la República para honrar a las víctimas mientras levantaban bolígrafos en alto y sostenían carteles que decían «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie). Hubo manifestaciones similares en Londres, Madrid, Barcelona, Berlín y Bruselas.
«Este es el día más oscuro en la historia de la prensa francesa», declaró Christophe DeLoire de Reporteros Sin Fronteras.
Tanto la milicia extremista Estado Islámico como al-Qaida han amenazado con atacar a Francia, que lleva a cabo ataques aéreos contra extremistas en Irak y combate a islamistas en África. Charb fue amenazado directamente en una edición de 2013 de la revista de al-Qaida Inspire, que incluía un artículo titulado «Francia, el invasor imbécil».
Cherif Kuachi, que ahora tiene 32 años, fue sentenciado a 18 meses de cárcel luego de ser declarado culpable en 2008 de cargos de terrorismo por ayudar a canalizar combatientes para la insurgencia iraquí. Durante su juicio, declaró que fue violentado por las indignantes imágenes de tortura a prisioneros iraquíes en la cárcel estadounidense de Abu Ghraib, en Bagdad, y que «realmente creí en la idea» de pelear contra la coalición encabezada por Estados Unidos en Irak.
Un tuitero de al-Qaida que se comunicó el miércoles con The Associated Press dijo que el grupo no se responsabilizaba del ataque, pero dijo que era «inspirador».
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Los periodistas de la Associated Press Jamey Keaten, Philippe Sotto, Samuel Petrequin, Angela Charlton, Sylvie Corbet y John Leicester en París; Raphael Satter en Londres; Sarah el-Deeb en El Cairo; Zeina Karam y Diaa Hadid en Beirut, Líbano; y Aya Batrawy en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, contribuyeron a este despacho.
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