La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) emitió este martes una Carta Pastoral en la que, entre otros puntos, pidió perdón a los jóvenes y sus familias que se hayan visto afectados por «cualquier antitestimonio» de algunos miembros de la Iglesia.
Los obispos católicos exhortaron a la juventud dominicana a no desanimarse ante «debilidades» cometidas por «algunos miembros» de la comunidad eclesial.
«Que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder su confianza. La Iglesia es su madre, no les abandona y está dispuesta a acompañarlos por caminos nuevos», reza el documento emitido a propósito de la celebración el lunes venidero del Día de la Virgen de la Altagracia», principal devoción de los católicos dominicanos.
La Iglesia destacó, que ante la incertidumbre en la fe y en la toma de decisión por una opción de vida, «queremos ofrecerles a los jóvenes las herramientas necesarias para que puedan descubrir su auténtica vocación y así alcanzar su realización personal».
En ese sentido, propuso «tres pasos fundamentales»: escuchar, discernir y acompañar.
«Un joven no puede alcanzar lo que aspira si no tiene quien le escuche, quien reflexione con él y quien le acompañe en su camino, por eso los adultos y las instituciones educativas, sociales, políticas y religiosas deben poner la atención necesaria a este segmento de la población dominicana que son el presente y el futuro de la Iglesia y de la sociedad», reflexionaron los obispos.
La Carta Pastoral, por otra parte, ve con «preocupación» que amplios segmentos de la población joven dominicana muestren niveles de apatía y temor en participar de las luchas para la construcción de un porvenir colectivo de paz, de dignidad y de libertad democrática.
Desde agosto de 2017 un sacerdote dominicano guarda prisión preventiva acusado de asesinar a un adolescente de 16 años, a quien el religioso abusaba desde que tenía 10 años.
El papa Francisco destituyó en agosto de 2014 al entonces embajador del Vaticano en República Dominicana, el cardenal polaco Jozef Wesolowski, bajo acusaciones de pederastia y posesión de pornografía, y quien falleciera un año después cuando enfrentaba un juicio sin precedente en la Santa Sede.
En 2015 el exsacerdote polaco Wojciech Gil fue condenado en su país a siete años de prisión por abusar sexualmente de dos niños en esa nación y de al menos otros seis en República Dominicana, mientras era el párroco de una comunidad ubicada en la provincia de Santiago