RELATO DE NELSON MANDELA:
“Después de convertirme en presidente, le pedí a mi acompañante que fuéramos a almorzar a un restaurante. Nos sentamos y cada uno preguntó qué quería.
En la mesa del frente había un hombre esperando ser atendido. Cuando le sirvieron, le dije a uno de mis soldados: ve y pídele a este caballero que se una a nosotros. El soldado fue a transmitirle mi invitación. El hombre se levantó, recogió su plato y se sentó a mi lado.
Mientras comía, sus manos temblaban constantemente y no levantaba la cabeza de su comida. Cuando terminamos se despidió sin mirarme, le estreché la mano y se fue.
El soldado me dijo:
Madiba, este hombre debía estar muy enfermo, ya que sus manos temblaban mientras comía.
¡En absoluto! La razón de su temblor es otra.
Entonces le dije:
Este hombre era el director de la prisión donde yo estaba. Después de torturarme, grité y lloré pidiendo agua y él vino a humillarme, se burló de mí y en lugar de darme agua, orinó en mi cabeza.
Él no está enfermo, tenía miedo de que yo, ahora presidente de Sudáfrica, lo enviara a prisión y le hiciera lo que él me hizo a mí. Pero yo no soy así, ese comportamiento no forma parte de mi carácter, ni de mi ética.
“Los espíritus que buscan venganza destruyen estados, mientras que los que buscan la reconciliación construyen naciones. Cuando salí de mi casa, supe que si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, siempre sería un prisionero. »
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