Por José Manuel Mesa
El 10 de noviembre de 2022 comenzó la odisea del X Censo Nacional de Población y Vivienda 2022 sin que nadie sepa todavía sus resultados.
En esa fecha, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) anunció, con bombos y platillos, el uso por primera vez de dispositivos móviles para que los empadronadores recopilaran las informaciones.
Se suponía que dicha innovación permitiría tener resultados más seguros y en menor tiempo, pero nadie sospechó que, a 6 meses de la realización del X Censo Nacional, la ONE no presentaría ningún dato, ni siquiera preliminar.
De hecho, tienen asidero las sospechas de que las informaciones derivadas de ese Censo no tendrán el aval ni la confianza de la población, así como de los diferentes sectores de la vida nacional.
El censo es una herramienta fundamental para la planificación del desarrollo económico y social, pues debería proporcionar informaciones precisas y actualizadas acerca de la demografía, situación socioeconómica y cultural del país, así como de las condiciones de vida y de vivienda de la población.
El fracaso del X Censo Nacional de Población y Vivienda 2022 se traducirá, inevitablemente, en un retroceso en materia de planificación del desarrollo, pues al desconocerse las características sociodemográficas y económicas actualizadas de la sociedad dominicana, no será posible diseñar y ejecutar las políticas y los programas destinados a satisfacer las necesidades de la población y promover el desarrollo económico y social del país.
Como se sabe, la asignación de recursos a las instituciones del Estado Dominicano, tal es el caso de los ayuntamientos, depende de los resultados del censo, el cual debería proporcionar informaciones actualizada acerca de la distribución geográfica de la población y sus condiciones de vida, necesarias para hacer transferencias de fondos acorde con las necesidades de cada demarcación.
En cuanto al sector privado, los datos del censo son útiles para las empresas y los inversionistas, pues les proporcionan información valiosa acerca de la población y su capacidad de compra, de manera que pueden tomar decisiones basadas en un análisis objetivo de la realidad, antes de realizar cualquier inversión.
Las consecuencias de este censo fallido serán más que significativas para el país, pues tal y como hemos explicado, existe el riesgo de que se presenten datos erróneos. De hecho, en la región han ocurrido casos como los cuestionados censos realizados en 1980 en Perú, en 2010 en Argentina y en 2001 en Colombia.
El X Censo Nacional de Población y Viviendas 2022 ha sido otro fracaso más del gobierno perremeísta que ha tirado por la borda 3,964 millones de pesos. Un rotundo fracaso para el país que todavía sigue esperando sus resultados y mientras eso sucede, acabamos de ver el caso de una joven cuyo video se hizo viral en las redes sociales cuando denunció de rodillas en la sede de la ONE que todavía no ha podido cobrar por sus servicios, meses después de haber trabajado en la realización del Censo.
josemanuelmesaredesgmail.com
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