Por Marino Ramírez Grullón
Federico Engels socio de Carlos Marx en las tesis marxistas del siglo XIX y autor del documento “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico” trata de demostrar en su libro las profundas diferencias que surgieron en la época entre los promotores de las políticas teóricas que llevaron más tarde a Vladimir Lenin en Rusia a crear lo que se llamó el primer Estado socialista del mundo.
Este Estado socialista creado por Lenin, Trotsky y otros partidarios de lo que llamaron Revolución de Octubre pero que no fue más que un golpe de estado, terminó como inició, sin haber disparado un solo tiro, y demostrando que dicho socialismo como etapa previa al comunismo no llegó a ningún lado.
Pero bueno, volviendo al Federico Engels de 1880, éste responde a Eugen Duhring, quien escribió sobre La revolución de la ciencia, un tratado más bien que hablaba sobre la bondad del hombre, destacando el positivismo, humanismo y otros comportamientos humanos para lograr el bien común.
Duriing, promovía una filosofía pura, eran tiempos donde los grandes pensadores aportaban a la humanidad por medio de la filosofía y el pensamiento científico planteando un tipo de socialismo puro de acuerdo a lo que podía aportar cada ser humano, es decir el trasfondo de la inclusión del Estado en este proyecto no existía.
Son Carlos Marx y Federico Engels los que aportan la teoría del materialismo histórico y luego politizando el tema hablan de socialismo y comunismo dentro de las relaciones sociopolíticas cosas que se implementaran en el futuro por Lenin y otros marxistas que llevando a la práctica las teorías de esos dos filósofos arman lo que denominan Estado socialista.
Yo diría que Lenin aunque también tiene su cementerio debajo de la cama, es quien arma la interpretación político militar de las teorías marxistas-engeliana.
Luego Mao Tse Tung interpreta el materialismo histórico y las relaciones de producción de acuerdo a la realidad China.
Así las cosas los Estados socialistas han ido degenerando en administraciones unipersonales que en vez de llevarse a la prácticas los planteamientos marxistas de las relaciones de producción, se ha dado origen a elementos que con discursos seudos marxistas se adueñan de los Estados y humillan no sólo a la clase obrera como plantean los marxistas, sino a todo el que no está con ellos.
En vez de dictadura del proletariado, entonces tenemos que hablar de dictadura sobre el proletariado. Eso será en otra entrega.
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