Por: Jaime Bruno
En el panorama político dominicano, el surgimiento del Partido Fuerza del Pueblo (FP) representa una respuesta orgánica a la erosión de los valores democráticos en las estructuras partidarias tradicionales. Conformado en gran medida por antiguos miembros del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y del Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), este nuevo proyecto político encarna una síntesis de experiencia, reflexión crítica y vocación transformadora.
El PLD, fundado en 1973 por el profesor Juan Bosch, desempeñó un papel determinante en la consolidación de la democracia dominicana, gobernando el país durante cinco períodos presidenciales, tres de ellos bajo el liderazgo del Dr. Leonel Fernández. Sin embargo, los últimos años evidenciaron una crisis profunda de institucionalidad, autoritarismo interno y pérdida de conexión con las bases, lo que motivó la salida de Fernández y la posterior fundación del Partido Fuerza del Pueblo. Este acto no fue simplemente una ruptura política, sino una declaración ética frente al secuestro de la democracia interna y el abandono del ideario boschista por parte de la antigua organización.
El PTD, por su parte, asumió una actitud visionaria al permitir su transformación en Fuerza del Pueblo, facilitando así un traspaso histórico que no solo garantizó la personería jurídica del nuevo partido, sino que también evidenció una madurez política rara vez vista en la región: ceder para construir una fuerza mayor.
Desde su fundación, Fuerza del Pueblo ha tenido un crecimiento sólido y sostenido. En las elecciones de 2020 ascendió de la posición 18 a convertirse en la tercera fuerza política nacional. Cuatro años más tarde, en 2024, superó al mismo PLD, consolidándose como la segunda organización política del país. Este ascenso se ha construido sobre una base de participación democrática, reformas internas y liderazgo político probado.
El Segundo Congreso Ordinario, Dr. Franklin Almeyda Rancier, fue un ejercicio ejemplar de democracia interna y madurez institucional. Miles de militantes participaron en debates, formularon propuestas y ayudaron a definir colectivamente el rumbo del partido. Se fortalecieron las estructuras, se aprobaron importantes reformas estatutarias y se estableció una ruta clara hacia las elecciones de 2028, donde la FP aspira a recuperar la conducción del Estado.
A este proceso se suma el Congreso Elector, Dr. Manolo Tavárez Justo, una etapa crucial que representa no solo un proceso electoral interno, sino también una oportunidad para renovar liderazgos, fortalecer la representatividad y continuar con el proceso de consolidación política en el país y la diáspora.
El liderazgo del Dr. Leonel Fernández, tres veces presidente de la República y figura central en la historia democrática contemporánea, ha sido clave en esta transformación. Su visión de Estado, su comprensión de los desafíos globales y su apuesta por la modernización del país continúan siendo pilares del proyecto de la Fuerza del Pueblo. No se trata de un liderazgo mesiánico, sino de uno respaldado por la trayectoria, la gestión eficaz y la conexión con las aspiraciones de los dominicanos, tanto en el país como en el exterior.
El Partido Fuerza del Pueblo no es simplemente una nueva sigla en el escenario político. Es una construcción en marcha, un espacio de renovación democrática y un instrumento al servicio del interés nacional. Su compromiso con la inclusión, la transparencia y la justicia social lo convierten en una opción real para un futuro más equitativo, democrático y soberano para la República Dominicana.
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