Buzos de la marina indonesia rezan antes de realizar operaciones para levantar la cola del vuelo 8501 de AirAsia en el mar de Java, Indonesia, el 9 de enero de 2015. Las autoridades confían en que los dispositivos que graban el sonido de cabina y los datos de vuelo sigan en la parte trasera del avión, y los expertos esperan emplear una grúa o un globo de elevación para alzar los restos del fondo del mar

Detectan señales en el mar; podrían ser del avión de AirAsia

Pangkalan Bun, Indonesia. — Los equipos de búsqueda que tratan de dar con el avión accidentado de AirAsia detectaron señales de baliza bajo el mar de Java, pero no estaba claro si procedían de las cajas negras de la aeronave, informó el viernes un responsable indonesio.

Las señales fueron recibidas de forma intermitente el viernes, pero no fue posible confirmar si procedían del grabador de sonido de la cabina y los dispositivos que registran de datos de vuelo y tampoco se detectaron trozos de metal en las cercanías, dijo el director de las tareas de búsqueda, Suryadi B. Supriyadi.

Un día antes se tomaron fotografías de la cola del avión sobre el lecho del mar, el primer fragmento importante de la nave que se localiza desde que el vuelo 8501 desapareció el 28 de diciembre con 162 pasajeros y tripulantes a bordo.

Las cajas negras se encuentran en la cola del avión, pero Supriyadi dijo que los sonidos se habían detectado cerca de un kilómetro (media milla) de donde se encuentra la parte posterior de la nave. Era posible las señales procedan de otra fuente.

Los funcionarios tenían la esperanza de que las cajas negras sigan entre los restos del avión después del impacto y planean recuperar la cola del fondo del mar.

Esos dispositivos son la clave para ayudar a los investigadores a comprender lo que causó que el Airbus A320 se desplomara casi a mitad de camino de su vuelo, de Surabaya, en Indonesia, a Singapur.

El último contacto con los pilotos con el control del tráfico aéreo indicó que estaban entrando en una zona tempestuoso. Pidieron autorización para subir de 32.000 pies (9.753 metros) a 38.000 pies (11.582 metros) a fin de evitar las nubes amenazantes, pero se les negó permiso debido al tráfico pesado aéreo encima de ellos. Cuatro minutos después, el avión desapareció del radar.

Otros cuatro cuerpos fueron recuperados el viernes —dos de ellos todavía atados a sus asientos en el lecho marino— con lo que ya suman 48. Las autoridades esperan que muchos de los cadáveres restantes sigan en el interior del fuselaje, que aún no ha sido localizado por los buzos. Varios objetos de gran tamaño han sido detectados en la zona mediante sonar.

Aunque el mar en la zona es relativamente poco profundo, de unos 30 metros (100 pies), esta es la peor época del año para una operación de recuperación a causa de las lluvias del monzón y el viento, que crean un mar picado, junto a un limo cegador procedente del escurrimiento de un río.

 

Redacción

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