El ex titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver Carone, se despidió de los empleados de la instutición luego de que los directores del organismo decidieran removerlo del puesto.
En una carta a la que tuvo acceso Infobae, Claver Carone lamentó que no tuvo “la oportunidad de presentar mi caso a los 48 miembros del Directorio Ejecutivo ni a ustedes, la Asamblea de Gobernadores”.
“Claramente hemos cumplido y, según todos los parámetros, el 2021 demostró ser el año más exitoso desde la fundación del Banco hace 63 años. Desgraciadamente, no tuve la oportunidad de presentar mi caso a los 48 miembros del Directorio Ejecutivo ni a ustedes, la Asamblea de Gobernadores”, sostuvo Claver Carone en una misiva dirigida a quienes tomaron la decisión de terminar su mandato anticipadamente.
De todas maneras, el funcionario resaltó que “juntos presentamos reformas históricas y una nueva propuesta de valor para el siglo XXI; optimizamos nuestros balances para lograr un financiamiento récord de USD 23.500 millones, al mismo tiempo que implementamos un ahorro de costos sin precedentes; construimos confianza en el sector privado para lograr récords de cofinanciación y movilización; obtuvimos los mayores avances en un solo año en los indicadores de transparencia y en las encuestas de satisfacción de las partes interesadas; luchamos contra el sexismo al nombrar a la mayor cantidad de mujeres en puestos de toma de decisiones en la historia del Banco; rechazamos la extorsión y el clientelismo, asegurando que por primera vez los países pequeños estuvieran representados en los puestos más altos; conseguimos el apoyo que anteriormente se había perdido de los líderes del Congreso de Estados Unidos y de las organizaciones no gubernamentales, y corregimos el favoritismo erróneo del Banco hacia China durante la última década, orientándonos hacia un esfuerzo más equilibrado y trabajando con alternativas que beneficiaran a América Latina”.
En tanto, Claver Carone además destacó que “para que estos cambios positivos perduren, y para que el Banco merezca más recursos de los contribuyentes y de las empresas privadas por igual, necesita ser una institución diversa, transparente y, lo que es más importante, verdaderamente basada en normas”.
“Para empezar, necesita socios comprometidos, y estrategias orientadas a los resultados e impulsadas por una misión. Lamentablemente, en la región muchos se han quedado estancados en el statu quo. Las burocracias de la vieja guardia están altamente arraigadas en sus propios intereses, y su sentido de privilegio es demasiado pronunciado. En lugar de trabajar por el progreso, están atascadas en un ciclo de ideologías populistas y clientelismo político. Mientras tanto, en Estados Unidos, la Administración Biden sufre de miopía partidista y de la falta de una estrategia cohesionada”, amplió el norteamericano elegido por Donald Trump para liderar el BID.
Para Claver Carone, “a pesar de que el informe nos exculpa a mí y al personal de todas las acusaciones anónimas y de las infracciones, ahora han declarado falta de cooperación, y han permitido que se manipulen y malinterpreten las falsedades en lo que se suponía que era una investigación con ‘los más altos estándares’”.
“En el afán de las élites arraigadas por perjudicar mi liderazgo y reputación y la de mi personal, el Banco no ha cumplido como una institución basada en normas. El futuro del Banco está en juego. De aquí en adelante, será esencial garantizar que nunca más se repita este desprecio ad hoc y arbitrario de las normas y los procedimientos”, detalló en otro pasaje de la carta.
Claver Carone también afirmó que “el Banco necesita un gobierno corporativo y reglas claras, no la arbitrariedad promovida por quienes se han refugiado en ella durante décadas”.
“Agradezco a quienes trabajaron conmigo de buena fe desde el principio, y que seguramente seguirán esforzándose por el bien de sus países. Estoy orgulloso de los esmerados avances que hemos realizado para superar los profundos retos planteados por la pandemia del COVID-19. A los futuros dirigentes del BID, les deseo lo mejor en su gestión. Sepan que siempre pueden llamarme si es para servir a la región”, concluyó.
La carta completa:
En mi primer día como Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, destaqué que el statu quo no era una opción. A medida que el personal del Banco regresaba a la oficina, me convencí cada vez más de que esta institución tenía el talento y la capacidad para llevar a la región a una década de oportunidades nunca antes vistas. Agradezco a mi equipo ejecutivo y al personal afín del Banco por haber incorporado este mandato de acción y resultados en nuestro trabajo diario. Claramente hemos cumplido y, según todos los parámetros, el 2021 demostró ser el año más exitoso desde la fundación del Banco hace 63 años. Desgraciadamente, no tuve la oportunidad de presentar mi caso a los 48 miembros del Directorio Ejecutivo ni a ustedes, la Asamblea de Gobernadores.
Sin embargo, juntos presentamos reformas históricas y una nueva propuesta de valor para el siglo XXI; optimizamos nuestros balances para lograr un financiamiento récord de US$23.500 millones, al mismo tiempo que implementamos un ahorro de costos sin precedentes; construimos confianza en el sector privado para lograr récords de cofinanciación y movilización; obtuvimos los mayores avances en un solo año en los indicadores de transparencia y en las encuestas de satisfacción de las partes interesadas; luchamos contra el sexismo al nombrar a la mayor cantidad de mujeres en puestos de toma de decisiones en la historia del Banco; rechazamos la extorsión y el clientelismo, asegurando que por primera vez los países pequeños estuvieran representados en los puestos más altos; conseguimos el apoyo que anteriormente se había perdido de los líderes del Congreso de Estados Unidos y de las organizaciones no gubernamentales, y corregimos el favoritismo erróneo del Banco hacia China durante la última década, orientándonos hacia un esfuerzo más equilibrado y trabajando con alternativas que beneficiaran a América Latina.
Pero para que estos cambios positivos perduren, y para que el Banco merezca más recursos de los contribuyentes y de las empresas privadas por igual, necesita ser una institución diversa, transparente y, lo que es más importante, verdaderamente basada en normas. Para empezar, necesita socios comprometidos, y estrategias orientadas a los resultados e impulsadas por una misión. Lamentablemente, en la región muchos se han quedado estancados en el statu quo. Las burocracias de la vieja guardia están altamente arraigadas en sus propios intereses, y su sentido de privilegio es demasiado pronunciado. En lugar de trabajar por el progreso, están atascadas en un ciclo de ideologías populistas y clientelismo político. Mientras tanto, en Estados Unidos, la Administración Biden sufre de miopía partidista y de la falta de una estrategia cohesionada.
A raíz del último ataque político contra mi persona, y a pesar de que el informe nos exculpa a mí y al personal de todas las acusaciones anónimas y de las infracciones, ahora han declarado falta de cooperación, y han permitido que se manipulen y malinterpreten las falsedades en lo que se suponía que era una investigación con “los más altos estándares”.
En el afán de las élites arraigadas por perjudicar mi liderazgo y reputación y la de mi personal, el Banco no ha cumplido como una institución basada en normas. El futuro del Banco está en juego. De aquí en adelante, será esencial garantizar que nunca más se repita este desprecio ad hoc y arbitrario de las normas y los procedimientos. No tomar medidas correctivas sería una nueva negligencia deliberada por parte de los encargados de su protección.
Creía que juntos podríamos hacer posible un cambio positivo duradero y potenciar las oportunidades para mejorar vidas. No obstante, el compromiso de cambiar el Banco, para el beneficio de la región y su gente, debe ir más allá de la Oficina de la Presidencia para tener éxito. Lamentablemente, se hizo evidente que muy pocos dentro de la institución están dispuestos a oponerse a los intentos deliberados de socavar el progreso. Mi Administración simplemente no puede querer el cambio más que los directores o las partes interesadas de las instituciones.
Está muy claro que las reformas y la modernización que merecen los pueblos de las Américas no cuentan con el respaldo de la mayoría de los Gobiernos de la región, incluida la Administración Biden, que ni siquiera defiende el debido proceso para sus propios ciudadanos. El Banco necesita un gobierno corporativo y reglas claras, no la arbitrariedad promovida por quienes se han refugiado en ella durante décadas. Así pues, con decepción, aprovecho esta última oportunidad para escribirles como Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, con la esperanza de que su mandato garantice que el Banco no retroceda hacia otra década perdida, que con tanto orgullo hemos superado en los dos últimos años a pesar de todos los obstáculos imaginables.
Agradezco a quienes trabajaron conmigo de buena fe desde el principio, y que seguramente seguirán esforzándose por el bien de sus países. Estoy orgulloso de los esmerados avances que hemos realizado para superar los profundos retos planteados por la pandemia del COVID-19. A los futuros dirigentes del BID, les deseo lo mejor en su gestión. Sepan que siempre pueden llamarme si es para servir a la región.
Una vez más, les doy las gracias por esta experiencia que no olvidaré.
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