Por Mnova
Hasta hace poco archienemigos, no se fueron a los balazos porque, por fortuna, nunca se encontraron de frente, pero ganas sobraron.
Aparte de la fiera lucha entre Leonel Fernández y Gonzalo Castillo, por la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el combate entre Lucía Medina, hermana predilecta del presidente Danilo Medina, y Félix Bautista fue el más aguerrido que ojos dominicanos habrán visto en la política vernácula local.
Aunque las votaciones trazadas por las autoridades de la Junta Central Electoral, cerraban a las 6:00 de la tarde, en San Juan de la Maguana, el feudo senatorial en disputa, se extendió más allá de la madrugada.
El ganador de la candidatura a senador por el Granero del Sur se conoció días después, incluso algunos lo vinieron a saber a la semana, por lo reñido que estuvo la competencia.
La rivalidad entre Félix Bautista, otrora “niño lindo” del ex presidente Fernández, y el clan Medina es antológica en San Juan. Las travesuras de Félix en Palacio fueron uno de los detonantes que hicieron saltar a Danilo y poner la renuncia de la secretaría de la Presidencia para salir en busca de su destino cuyos frutos todos conocen: Dos periodos presidenciales consecutivos.
Esa rivalidad fue heredada por Lucía Medina, primero diputada y luego intentó desbancar a Félix de la poltrona de la senaduría, para lo cual contaba con el respaldo de su influyente hermano.
Pero Félix Bautista, todo un “pez Samaraguyón”, se salió de nuevo con la suya y derrotó a Lucía. Forzado por las circunstancias y los intereses creados, mucho más apremiantes a raíz de la salida de Leonel del PLD, Félix resolvió dejar partir solo a su protector y, con su sapiencia probada, se las arregló con el clan Medina. Ahora lo vemos en campaña, de “paños y manteles”, con Lucía.
Bien decía el doctor Joaquín Balaguer: “En la política sólo hay adversarios, las enemistades son pasajeras”.
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