Ramón Castillo hizo, a nombre de todos los campesinos, la solicitud de los títulos, durante la inauguración del CPNA

Campesino no quiere morir sin título propiedad

La Reforma de Dajao, Bayaguana.-El camino es largo y recto, y cuando llueve la tierra amarilla con que fue nivelado se vuelve pegajosa; a ambos lados están las propiedades y sus deshabitados potreros, como un reflejo de las precariedades que padecen quienes los ocupan.

La alambrada es extensa y bien dispuesta, creando una ilusión de lejanía. Por varios kilómetros no se observa hogar alguno, siendo más allá de la empalizada donde se ven las primeras viviendas con patios grandes y niños semidesnudos correteando.

Por sus aspectos, los domicilios parecen abandonados, son viejas casas de tablas de palmas desgastadas y hojas de zinc enmohecidas; en sus alrededores crece la grama y pequeños arbustos. También matas de coco, mango y otros frutos.

El primer cruce de calles es el principal punto de reunión de los lugareños, a la izquierda está una banca de apuestas de lotería, y a la derecha un pequeño colmado y una enramada que es como una especie de bar.

En lo adelante el camino continúa mostrando la misma imagen de olvido, pero sin perder el esplendor de una verde vegetación y el renacer del pasto ayudado por las recientes lluvias.

En los frentes de las casas y las aceras del camino los hombres permanecen en grupo de tres o cuatro; junto a ellos, los pequeños juegan entre sus piernas. “Aquí no hay nada que hacer, solo algunos tenemos motores con los que nos ganamos el sustento”, comentó uno de ellos.

Ese día la gente estaba atenta a los inhabituales movimientos en la comunidad; temprano llegaron guardias del Ejército, agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), y un camión furgón cargado de andamios y vallas metálicas. Fue el gran día en que la vicepresidenta de la República inauguró el Centro de Primer Nivel de Atención en Salud, en la comunidad La Reforma de Dajao, ubicada en la parte sur del municipio de Monte Plata.

La Reforma de Dajao está constituida por unas 100 familias, dijo un hombre, basado en los datos de un censo hecho hace varios años. Sus habitantes carecen de servicio de agua y electricidad eficiente, y entre sus mayores anhelos está la construcción de la carretera y la dotación de títulos definitivos de sus propiedades, que ocupan desde hace varias décadas.

En uno de los asientos de la primera fila estaba el señor Ramón Castillo, invitado especial al acto; a su lado, quizá sin saberlo, lo acompañaban miembros del Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales de la Presidencia, y otras autoridades y empleados del gobierno.

Castillo siempre se ha interesado por el desarrollo de su comunidad y en ese sentido se motivó a donar el terreno para construir el centro de salud, una necesidad muy sentida, porque cuando se enfermaban tenían que trasladarse a Monte Plata, a unos 10 kilómetros. Ahora lleva con él el orgullo de colaborar en esta solución, como lo ha hecho con otras necesidades de sus parroquianos.

El hombre lucía una vestimenta bien planchada, a la altura de la ocasión. Estaba ahí atento al desarrollo de la ceremonia, que además de la vicepresidenta Cedeño de Fernández, estaba encabezada por el gobernador Héctor Delgado Valdez, la vicealcaldesa de Bayaguana, Amarilis Sosa de Mejía; el director del Servicio Regional de Salud Metropolitano, doctor Félix Hernández y la señora María Lugo, coordinadora del Gabinete de Políticas Sociales del Gobierno.

El maestro de ceremonia presentó a los integrantes de la mesa principal, saludó al público y de manera especial, en nombre de la vicepresidenta, al señor Ramón Castillo, en su calidad de donante del terreno. Como si se hubiera preparado por varios días para el momento, al escuchar su nombre Castillo de puso de pie, levantó su mano derecha con el puño cerrado, en señal de triunfo y sonrió a Cedeño de Fernández, quien le correspondió con igual gesto.

Un emotivo aplauso acompañó las palabras de agradecimiento expresadas por Castillo a la vicemandataria, quedando este algo desconcertado, pero con suficiente valor para manifestar otras necesidades que la comunidad requiere que el Gobierno solucione.

En un instante el ceremonial pareció salirse del control protocolar. A las manos de Castillo había llegado un micrófono sin saber cómo, porque no estaba pautado que hablara, pero él lo usó con mucha propiedad. “Señora Margarita, yo solo quiero pedirle otra cosa para esta comunidad, el arreglo de la calle y la entrega de los títulos definitivos de nuestras propiedades. No quiero morir y dejar a mis hijos sin su título de propiedad”, indicó al tiempo que se dirigió hasta Cedeño de Fernández, le extendió su mano derecha y evidentemente emocionado le dijo: “Yo la saludo”, lo que repitió a los demás integrantes de la mesa.

Los terrenos son mayormente dedicados al cultivo de arroz, yuca, batata y auyama, siendo estos el principal sustento de sus pobladores. En menor proporción las parcelas son dedicadas a la ganadería.

La Reforma de Dajao, además de carecer de caminos vecinales apropiados, adolece de servicio de agua, instalaciones deportivas y un centro comunal.

La poca agua que reciben es abastecida de un pozo tubular donado por el diputado Juan Hubieres, hace varios años, el cual no es suficiente para la cantidad de familias que demanda el líquido.

Al momento de entregar el proyecto de sistema de agua dulce extraída de pozo, alrededor de 200 familias empezaron a beneficiase del aporte hecho por el legislador, en coordinación con la Junta de Vecinos de la localidad, quienes aportaron la mano de obra.

Los habitantes del lugar manifestaron que a diario tenían que recorrer dos y tres kilómetros para poder conseguir agua potable y realizar las labores domésticas propias del hogar.

Concluida la ceremonia, Ramón Castillo informó que unos 300 parceleros requieren tener su título definitivo de propiedad, de los cuales 103 corresponden a La Reforma de Dajao.

Redacción

Agregar comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.