Los canales interoceánicos son fundamentales para el comercio marítimo global, ya que optimizan las rutas de navegación y acortan significativamente las distancias que deben recorrer los barcos. Su función principal es facilitar el intercambio comercial entre naciones, reduciendo tanto los tiempos de tránsito como los costos logísticos. Infraestructuras como el Canal de Panamá y el canal de Suez son esenciales para la conectividad internacional, puesto que proporcionan rutas más directas y eliminan la necesidad de rodear vastas extensiones continentales.
Desde su concepción, el proyecto enfrentó críticas por sus posibles impactos ambientales y la expropiación de tierras. La caída de la fortuna del empresario Wang Jing, principal inversor, y la quiebra de su empresa, han sido factores determinantes en la paralización de la obra.
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