Por: Jaime Bruno
New York
Con frecuencia escribo artículos sobre el acontecer político o analizo una que otra situación sobre geopolítica porque es algo que también me apasiona, y ciertamente porque de alguna manera entiendo que es del interés general. En esta ocasión particular quiero ponderar el trabajo político, la entrega total a la comunidad del conocido líder neoyorquino Gregorio Morrobel, y la epopeya política que envuelve su envidiable carrera política y la decisión de aspirar al cargo de diputado de la Republica Dominicana en representación de la circunscripción # 1 del exterior. Ciertamente esta decisión ha llegado en el momento cumbre de su carrera política, en momentos que la diáspora necesita una bocanada de aire fresco para asimilar las frustraciones con el desempeño de los anteriores y actuales representantes diputados ante el congreso nacional dominicano que elogió la diáspora.
Desde muy joven Morrobel mostró inclinación hacia el trabajo político y una inmensa pasión por el trabajo comunitario. Con el ejemplo, su madre fue la piedra angular que moldeó su carácter guerrero. Conmovido por los estragos del ciclón David y las acciones de ayudas efectuadas por el PLD de ese entonces, Morrobel decidió unir esfuerzos con la maquinaria creada por el profesor Juan Bosch; ya para el año 1979 entra a los círculos de estudios y en poco tiempo, dado a los importantes trabajos que realizaba, el mismo profesor Juan Bosch da instrucciones para su promoción y que ostentara cierta jerarquía dentro de las filas del PLD. Militó en el intermedio Núñez Mieses, donde desarrolló una intensa labor como circulista y encargado de finanzas de esa dirección media, en el año 1994 emigro a los Estados Unidos de América en busca del mismo sueño de todos.
Inmediatamente a su llegada a la gran urbe, Gregorio Morrobel se integró a los trabajos políticos y comunitarios de esta sociedad tan exigente, logró trabajar con lideres locales como Adriano Espaillat, Ydanis Rodríguez y Guillermo Linares, entre otros, quienes ese momento político eran simples ciudadanos con grandes aspiraciones también. Pacientemente para el 2004 y 2008, Morrobel construyó la maquinaria de trabajo político electoral más eficaz que haya existido en la ciudad de New York, la del PLD… y ganó con ella; La atracción y equilibrio que ha mostrado Morrobel en la dirección de sus equipos no tiene comparación, de hecho, por años ha sido uno de pocos dirigentes que ha mantenido vigencia en los medios de comunicación, informando a la comunidad, fomentando nuevos liderazgos y contribuyendo con una mejor calidad de vida para la comunidad neoyorquina.
La reciente actividad del equipo que respalda a Gregorio Morrobel, y que lo proclama como precandidato a ser diputado del Partido Fuerza del Pueblo por la circunscripción #1 del Exterior, marca la posibilidad de nuevos retos, conquistas y una pragmática visión hacia el futuro, mejor aún, ahora que es el presidente de esta organización política en el condado de Manhattan. El solo anuncio de esta candidatura ha traído la esperanza a un electorado que ha esperado por tres cuatrienios por resultados positivos en términos legislativos para la circunscripción #1 del exterior.
Gregorio Morrobel, con su empeño y laboriosidad logrará poner a la ciudad de new york en la cima, justamente cumpliendo con las expectativas del electorado que espera recibir por lo menos un trato justo a la de visitar Quisqueya la bella, cuando llevan sus ajuares y regalos en diciembre y los meses de verano o cuando envían un vehículo de motor. Morrobel cuenta con un extenso programa de proyecto de leyes en favor de la diáspora. En la actualidad, nadie puede negar que su representación traería grandes beneficios a todos.
Morrobel está consciente que su función principal como próximo diputado son las tareas de legislar, es decir, presentar propuestas para reformar, crear leyes que sean necesarias para beneficio de todos los ciudadanos de la diáspora y vigilar la transparencia de los recursos públicos de todas las dependencias de gobierno. Sabe a ciencia cierta que su primer deber es concurrir puntualmente a las sesiones del Congreso y despachar dentro de los términos que señale la ley orgánica del congreso, nadie verá a Morrobel aceptando regalos y viajes como consecuencia de su actividad en la cámara baja. Las hazañas legendarias que se cuentan de personajes osados, épicos, memorables o heroicos, y que generalmente forman parte de una estirpe inusual, están en consonancia con este ilustre ciudadano dominicano, persona de gran espectro de visión política en el estado de New York. La trayectoria política de Gregorio Morrobel es ejemplar, un gran hijo, esposo, padre e indudablemente un gran amigo. Su dedicación, colaboración, empeño y ente de equilibrio ha marcado a muchas personas… con razón el Dr. Leonel Fernández lo llama “EL ALCALDE DE NEW YORK”.
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