El Diario
La lucha de la enfermera deportada María Mendoza Sánchez para regresar a EEUU y reunirse con sus cuatro hijos y su esposo en California dio sus frutos ayer, luego de que el gobierno le otorgara un perdón que le permitirá volver con una visa de trabajo.
El caso de Mendoza Sánchez cobró notoriedad después de que sus compañeros de trabajo en el Hospital Highland, en Oakland, junto a varios legisladores federales se unieran a los esfuerzos de la familia para evitar su separación el año pasado.
No obstante, en agosto de 2017 la mexicana tuvo que salir del país tras vivir 23 años de forma indocumentada y perder en varias instancias legales una petición de asilo. En Oakland se quedaron sus cuatro hijos de 24, 22, 17 y 13 años.
Su abogado Camiel Becker explicó a Efe que el respaldo del centro hospitalario ha sido vital en el proceso, ya que la inmigrante de 48 años regresará al país por una petición de trabajo que realizó la institución médica.
“Tuvimos que someter una serie de peticiones de perdón, pero finalmente pesó más la buena conducta y el valioso aporte de esta inmigrante”, explicó Becker.
La mañana de ayer Mendoza recibió una llamada de la Embajada de EEUU en la Ciudad de México en la que le comunicaron la aprobación de los perdones solicitados, y que por tanto podía tramitar la visa de trabajo.
A juicio del abogado, el caso sienta un precedente de que los estudios y logros profesionales en EEUU pueden dar frutos y esperanza para todos aquellos indocumentados o inmigrantes que están a punto de perder los amparos de la Acción Diferida (DACA) o Estatus de Protección Temporal (TPS).